Trescientas mujeres con discapacidad elaboran una hoja de ruta que marca el camino “inclusivo” de la próxima década
Bajo el título ‘¡El futuro que queremos!: se presentó esta declaración de intenciones en el “Parlamento de las mujeres con discapacidad”, organizado por la Fundación CERMI Mujeres
Más de 300 mujeres con discapacidad han definido, adoptado y aprobado una hoja de ruta bajo el título ‘¡El futuro que queremos!: La Agenda de las Mujeres y Niñas con Discapacidad de España para la Próxima Década’, un documento de orientaciones dirigido a la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer de Naciones Unidas, definiendo propuestas y medidas en la legislación y política pública de España para la próxima década, tanto en los planos estatal como autonómico.
La presentación de esta documento fue el colofón al acto del Parlamento de Mujeres con Discapacidad, organizado por la Fundación CERMI Mujeres y celebrado el pasado 1 de marzo en el Senado.
Ana Peláez, vicepresidenta ejecutiva de la Fundación Cermi Mujeres, presentó el documento y manifestó su profundo agradecimiento a todas las personas que han contribuido a su elaboración , definiendo así la agenda de las mujeres y niñas con discapacidad para la próxima década, 2025-2035.
III Manifiesto sobre los derechos de las mujeres y niñas
Esta Declaración toma como base el III Manifiesto sobre los derechos de las mujeres y niñas con discapacidad en la Unión Europea: Capacitación y liderazgo, del Foro Europeo de la Discapacidad, con una visión reforzada centrada en la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer de Naciones Unidas. El resultado final es fruto del consenso alcanzado por las más de 280 delegadas presentes en el Parlamento de las Mujeres con Discapacidad en representación de todos los territorios de la geografía española del movimiento social de la discapacidad articulado en torno al CERMI.
De este modo, esta declaración hace un viaje por los últimos años y por las diferentes crisis que han impacto ampliamente en las vidas de las mujeres con discapacidad poniendo en peligro sus derechos humanos básicos, incluyendo el derecho a la igualdad, el derecho a la igualdad, el derecho a la vida, el acceso a la justicia, la libertad y la seguridad, entre otros.
El empoderamiento de las mujeres y niñas con discapacidad es otro de los puntos importantes dentro de la declaración, por ser “fundamental para defender sus derechos humanos”. Además, y según reza el documento, “empoderar garantizará su acceso a la igualdad de oportunidades y de su inclusión en la sociedad sin discriminación por motivos de sexo, discapacidad u otros factores identitarios”. El liderazgo también se recoge en el texto como la “forma en que las mujeres y niñas con discapacidad pueden llevar su vida como personas independientes” y es necesario tomar conciencia.
El último punto de esta hoja de ruta se centra en “el futuro necesario”, aboga por “un futuro en el que las diversas experiencias de todas las mujeres y niñas con discapacidad enriquezcan nuestras sociedades”. Al mismo tiempo, hacen un llamamiento a todos los movimientos feministas para que refuercen sus acciones, acogiendo las diversas experiencias de las mujeres con discapacidad.
Con este documento, se hace un llamamiento al movimiento de la discapacidad, al movimiento feminista, al movimiento de los derechos humanos, a responsables políticos y a las administraciones públicas.
PARLAMENTO DE MUJERES CON DISCAPACIDAD
Manifiesto feminista ‘¡El futuro que queremos!
Días más tarde, la Fundación CERMI Mujeres hizo un llamamiento a la reivindicación y al compromiso activo de toda la sociedad para construir un mundo más justo inclusivo, justo y equitativo, donde ninguna mujer se quede atrás, recordando que la lucha por la igualdad y la inclusión de las mujeres con discapacidad es una lucha que nos concierne a toda la ciudadanía.
Así lo expresa en el Manifiesto elaborado con motivo del Día Internacional de la Mujer bajo el mismo lema ‘¡El futuro que queremos!’, en el que la FCM reconoce a las mujeres con discapacidad como protagonistas únicas de sus vidas, demanda que las mujeres y niñas con discapacidad tengan la oportunidad de vivir vidas libres de discriminación y violencia.
Asimismo, CERMI Mujeres ha exigido la total erradicación de la violencia contra las mujeres con discapacidad, a través de medidas efectivas para prevenir y responder a todas las formas de violencia contra las mujeres y niñas con discapacidad, asegurando servicios de apoyo adecuados. Además de sistemas de justicia accesibles y sensibles a las necesidades de las mujeres y niñas con discapacidad, que superen las inercias capacitistas y patriarcales que aún impregnan su quehacer y que garanticen su derecho a una protección efectiva frente a la violencia y abusos, evitando la revictimización y promoviendo su participación real en procesos judiciales.
En este sentido, otra de sus reivindicaciones ha sido el empoderamiento económico a través de la implementación de políticas que promuevan la igualdad de oportunidades en el empleo y la educación para poder desarrollarse profesionalmente.
El derecho de las mujeres y niñas con discapacidad a acceder a servicios de salud integral, incluyendo la salud sexual y reproductiva, sin discriminación ni coacción es otro de los derechos reivindicados, así como la garantía de que exista una representación equitativa de las mujeres y niñas con discapacidad en todos los espacios de toma de decisiones, desde el ámbito local hasta el internacional.
En este 8 de marzo, CERMI Mujeres también ha exigido una educación accesible e inclusiva que reconozca e incorpore las demandas específicas de las niñas con discapacidad, para el empoderamiento y autonomía desde edades tempranas; así como la eliminación de todas las barreras físicas, comunicativas y actitudinales que impiden a las mujeres y niñas con discapacidad vivir de manera independiente y participar plenamente en todos los aspectos de la vida comunitaria.
Todas estas peticiones tienen como objetivo “que las mujeres y niñas con discapacidad sean reconocidas como lideresas y agentes de cambio, libres de discriminación, violencia y exclusión”.