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‘Así Somos Nosotras’ con Marina Rojas: “No nos pongamos trabas, cada una de nosotras tiene su momento y su lugar”

Marina Rojas, responsable de la Unidad Braille y del Departamento de Comisión Braille Española y del Etiquetado en la ONCE, asegura estar muy contenta por “la labor que hago cada día, por los compañeros que tengo y, sobre todo, porque hago algo que me gusta muchísimo, que me hace feliz y que ayuda a los demás”

Esta malagueña de nacimiento lleva tres años trabajando en la ONCE, pero con anterioridad pasó 9 años de Erasmus en Parma (Italia), un hecho que ha supuesto el mayor momento de inflexión en su vida. “Me fui con bastante miedo porque no sabía lo que me iba a encontrar ahí. Me iba sola, sin ningún tipo de ayuda, sin recursos, mi perrita guía y yo a la aventura... Un antes y un después en mi vida porque de verdad, ahí, me di cuenta de que podía ser completamente autónoma”, asegura.

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Y en esta autonomía, el braille, para Marina, “ha sido una herramienta imprescindible”. Ella lleva utilizando este sistema de lectoescritura desde que tenía 3 o 4 añitos y, entre otras cosas, le ha permitido estudiar como cualquier otro compañero de aula e incluso desarrollar su carrera musical gracias a la transcripción de las partituras al braille. Marina es también soprano. 

Marina interpretando a Bella en el musicalAl hablar de igualdad, tiene claro que para ella significa que cualquier persona, al margen de su género o de cualquier otra característica, pueda tener la capacidad de participar en igualdad de condiciones. “Nos detenemos mucho en pensar que somos muy diferentes, prejuzgamos mucho a los demás, y creo que los más importante es que todos tengamos igualdad de oportunidades para participar en la sociedad, independientemente de que seamos hombres, mujeres o la condición y características que cada uno tenga o la función que cada uno desarrollemos”, afirma. 

Considera que “lo más importante es trabajar juntos, no detenernos en cuáles son nuestras diferencias sino cuáles son nuestras similitudes y esas diferencias tomarlas como una oportunidad de ver que la diversidad es fantástica. Cada uno somos diversos y eso aporta muchísima riqueza, tanto a las personas que nos rodean como a la sociedad en general”. 

A pesar de ello, Marina reconoce que en algún momento sí se ha sentido discriminada, no por ser mujer, sino por su ceguera. “Muchas veces -explica- por no saber cómo tratar a una persona con discapacidad nos equivocamos. Lo que nosotros queremos no es que nos traten de una manera diferente, ni que nos den más, no queremos ni más ni menos, queremos lo mismo y ser uno más, aunque participamos de otra forma”

Así, a todas las mujeres, ya tengan discapacidad o no, les recomienda que se formen, que se informen de todo lo que está pasando a su alrededor y, sobre todo, “que nos ayudemos entre nosotras, no nos pongamos trabas, no envidiemos lo que tiene la otra, no nos sintamos inferiores porque a la otra persona le han dado más que a nosotros. Cada uno tiene su momento y cada una de nosotras tendrá su lugar”. 

Por el momento, Marina parece que ha encontrado el suyo, y si mira hacia el futuro, lo que quiere, como cualquier persona, es “ser feliz, trabajar, aportar a las personas que tienes alrededor y, sobre todo, disfrutar mucho”. Y como profesional, “hacer todo lo que esté en nuestra mano para ayudar a los que lo tienen más difícil; prestar nuestro hombro a las personas que lo están pasando mal y, por encima de todo, sentirme útil. Es lo más importante”, asegura.