La embajada de “la buena gente”
En este mundo de ‘redes’ en el que, nos guste más o menos, todos nos movemos, hay pocas estructuras (seguramente ninguna), conformadas por ciudadanos de carne y hueso, presentes y activas día tras día y a pie de calle, como la que en nuestro país constituye la red de agentes vendedores de la ONCE. Esas mujeres y esos hombres, que hacen posible con su abnegada tarea cotidiana la labor social de nuestra entidad, juegan además un papel sustantivo para que la trayectoria de la entidad haya alcanzado los índices de valoración social que le sitúan en los primeros puestos de ese ranking según todas las encuestas. No es casual: es fruto de la fundamental bonhomía de quienes lo protagonizan; personas que, mucho más que un juego, ofrecen “ilusión”. Un valor que trasciende la posibilidad de hacer realidad anhelos o sueños a partir de un premio de mayor o menor envergadura.
Porque, al comprar cualquiera de nuestros productos de juego, el ciudadano sabe que está poniendo un pequeño pero indispensable grano de arena en un proyecto ilusionante que, gracias a él y a millones de otros como él, es una realidad reconocida internacionalmente por su solvencia en materia de servicios para las personas ciegas y solidaridad con todo el ámbito de la discapacidad.
Una vez al año, por eso, nuestra Casa quiere materializar este reconocimiento, personalizándolo en 22 de ellos con la gala del “mejor vendedor del año”. No los que necesariamente obtienen una mayor facturación o éxito comercial sino quienes -en cada uno de nuestros principales centros territoriales- más cabalmente han hecho suyos y compartido estos valores. Este año la gala se ha convocado con el acertado lema “Buena gente ONCE”: cercanía, simpatía, solidaridad, ilusión, voluntad, ingenio y compromiso han sido los parámetros de evaluación para seleccionar a estos homenajeados por un día. Nuestros mejores embajadores, la embajada de “la buena gente ONCE”.