La RSE, clave en el éxito de las empresas sociosanitarias
La comisionada de Fundación ONCE para Universidades, Juventud y Planes Especiales, Isabel Martínez Lozano, presentó los resultados del Índice Global de Envejecimiento, una iniciativa de Helpage International que mide el bienestar de las personas mayores en el mundo en función de la seguridad de sus ingresos, de sus competencias, del acceso a servicios y de su estado de salud, entre otras cuestiones. Un índice que, según explicó, encabezan Noruega, Suecia, Suiza, Canadá y Alemania, ocupando España el puesto 21. Lo hizo durante su intervención en una de las mesas redondas que reunió el V Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida que inauguró el 11 de marzo la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, junto al presidente de Honor de la Fundación Edad&Vida, Higinio Raventós, y el presidente de Valores y Marketing y miembro también de la Fundación Edad&Vida, Ramón Guardia.
El Congreso acogió así una sesión especial sobre Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Economía Social, en la que se contó también con la participación del director general del Trabajo Autónomo, de la Economía Social y de la Responsabilidad Social de las Empresas del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Miguel Ángel García, que clausuró posteriormente la sesión junto a Pablo Martín, director general de ILUNION Sociosanitario, sociedad del grupo de empresas de la ONCE y su Fundación con dilatada experiencia en el sector de atención a personas mayores y en situación de dependencia.
Hidalgo explicó que las políticas de RSE representan un punto clave en la gestión de las empresas que desarrollan su actividad en este sector sociosanitario, en un reto cuyo éxito se encuentra vinculado -dijo- al mantenimiento y al fortalecimiento del Estado de Bienestar y a la mejora del empleo. Según la secretaria de Estado, 2014 ha supuesto un punto de inflexión en esta materia: “hemos asistido -afirmó- a un cambio de tendencia en el que se ha conseguido preservar el modelo de atención social”. Su compañero de Gabinete, Miguel Ángel García matizó que el impulso de la RSE en el seno de las empresas de este sector representa una “palanca de competitividad”, pues las prácticas de RSE tienen un impacto muy positivo en sus cuentas de resultados y constituyen “un catalizador y una correa de transmisión muy importante” para atraer inversión socialmente responsable y crear empleo de calidad en los sectores de atención sociosanitaria hacia las personas mayores y en situación de dependencia.
En general, los expertos coincidieron en que la RSE se ha convertido en una estrategia global más allá de posibles acciones puntuales en el ámbito sociosanitario, desde el convencimiento de que se puede “ser rentable y responsable al mismo tiempo”. También hubo coincidencia en que la gestión empresarial de los servicios de atención a las personas mayores por parte de las entidades de la Economía Social permite una sustancial reducción del gasto público y la mejora del servicio.
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