Conocimiento y valoración que la persona tiene de sí misma, y que afecta muy significativamente a cómo interpreta la realidad y cómo responde ante ella; favorece el sentido de la propia identidad, constituye un marco de referencia desde el que interpretar la realidad externa y las propias experiencias, influye en el rendimiento, condiciona las expectativas y la motivación, y contribuye a la salud y al equilibrio psíquico.
La mayoría de los estudios comparativos coinciden en que los niños y adolescentes ciegos, en comparación con sus iguales con visión, presentan niveles más bajos en su autoconcepto debido a entornos posiblemente sobreprotectores que no favorecen su desarrollo global (aislamiento debido a la escasa frecuencia con la que se emiten y reciben conductas sociales), y autorrepresentaciones extremas (todo o nada, siempre o nunca) que responden a conceptualizaciones estereotipadas.
