Movimientos repetitivos involuntarios, sin ninguna finalidad externa al propio movimiento. En las personas con ceguera el repertorio es muy variado, pudiendo aparecer como elementos de autoestimulación, centrados en cualquier parte del cuerpo; son frecuentes los balanceos o el aleteo de las manos, y los movimientos en la zona de los ojos (presionándolos o mirando la luz).