Procesos concretos que se utilizan en cada contexto para prevenir o resolver situaciones de estrés que pueden ser altamente cambiantes dependiendo de las situaciones que lo desencadenen; son acciones y comportamientos más específicos de la situación. Este concepto es complementario al de estilos de afrontamiento que se refieren a las predisposiciones personales de los sujetos para hacer frente a las situaciones, siendo responsables de las preferencias individuales en el uso de uno u otros tipos de estrategias de afrontamiento, asi como de su estabilidad temporal y situacional. En este sentido, los estilos de afrontamiento se pueden considerar como disposiciones generales que llevan a la persona a pensar y actuar de forma más o menos estable ante diferentes situaciones, mientras que las estrategias de afrontamiento se establecerían en función de la situación.