Fase del desarrollo emocional que se inicia entre el 4º y 5º mes, durante la cual el niño permanece más tiempo alerta, reconoce a su madre como algo externo a él y comienza a interesarse por los otros.
En el caso de los niños con ceguera, la prolongación de la fase simbiótica con la madre es una conducta adaptada, debido a la dependencia que produce el déficit; en esta fase pueden aparecer algunas estereotipias motoras, como balanceos o presión de globos oculares, compatibles con un buen desarrollo; aparecen las primeras emisiones preverbales y lleva sus manos a la línea media. Por el contrario, las señales de alarma de un desarrollo inadecuado se manifestarán en falta de demandas propias de su edad biológica (escaso interés por la madre o figura de cuidados, por los objetos y por otras personas; llanto, gritos o muestras de incomodidad cuando se le toca, irritabilidad y nerviosismo, etc.).
