En la lengua de signos española, complejo articulatorio visual, espacial y gestual, ejecutado con una mano (signos monomanuales) o dos manos (signos bimanuales). En esta lengua, utilizada tradicionalmente por las personas con sordera, con discapacidad auditiva y con sordoceguera, los signos tienen cuatro elementos que son equivalentes a los fonemas de las lenguas orales: lugar, configuración, orientación y movimiento.