En el ámbito de la movilidad, elemento que se asocia a un lugar o a una acción y lo representa. Es específico para cada persona y se adapta a sus características sensoriales y puede trasladarse, sirviendo para la comunicación, o permanecer fijo en un entorno, permitiendo la orientación en el espacio.
En el ámbito de la sordoceguera, elemento que representa una actividad por su claro valor simbólico (por ejemplo: una cuchara o un plato sugieren fácilmente “comida” u “hora de comer”), además de representacional y comunicativo. Se usa para referirse a una actividad y facilitar que la persona con sordoceguera pueda anticipar y reaccionar ante ello (una esponja puede ser el objeto que represente el baño, al tocarla la persona con sordoceguera puede reaccionar intentando desvestirse, o escaparse, por ejemplo).