Pérdida auditiva comprendida entre 71 y 90 dB. Se clasifica en dos grados: primer grado, pérdia entre 71 y 80 dB; segundo grado, pérdida entre 81 y 90 dB. En esta situación de reducción severa de la audición, el sujeto percibe el habla con voz fuerte cerca del oído y también los ruidos fuertes. En el caso de niños, dependiendo de la edad en la que surge la perdida, se produce déficit lingüístico substancial especialmente cuando no ha existido experiencia prelingüística; pueden percibir algunos sonidos pero no hay percepción espontánea del lenguaje.