La enseñanza bilingüe, barrera añadida para los alumnos con necesidades especiales
Fundación ONCE e ILUNION pusieron en marcha a lo largo del pasado curso escolar una encuesta
, dirigida a familiares de alumnos con necesidades especiales de Educación Primaria, concretamente de las Comunidades de Andalucía, Asturias y Madrid. Su objetivo era valorar la incidencia que tiene sobre su formación la progresiva extensión de la enseñanza bilingüe especialmente en determinadas comunidades autónomas. Fruto de la misma es el informe 'Enseñanza bilingüe (español-inglés) y alumnado con discapacidad: Nuevas barreras y desafíos de inclusión', que incluye propuestas y entrevistas a una docena de expertos del mundo académico, del sector de la discapacidad y de la Administración.
De acuerdo con sus resultados, que se han dado ahora a conocer, dicho sistema podría implicar un problema añadido para estos alumnos, ya que “hay algunos que, de partida, tienen ya graves problemas para entender la lengua materna”, alerta Jesús Hernández, director de Accesibilidad Universal e Innovación de Fundación ONCE. Hernández explica que esta organización “no estamos en contra del bilingüismo, sino reclamando que se busquen herramientas para que estos escolares accedan a la educación en igualdad de condiciones que el resto”. Hoy por hoy, no hay alternativas que favorezcan el aprendizaje y la inclusión para este colectivo que, en determinados territorios encuentran graves problemas para matricularse en centros de la red pública o concertada no bilingües. Donde ha llegado esta nueva tendencia al doble idioma compartido, entre el 30 y el 50% de las horas lectivas se imparten en otra lengua distinta a la materna, lo que discrimina a numerosos alumnos con necesidades educativas especiales y les empuja a salir del sistema ordinario -en el que están matriculados el 80% de ellos- y volver al régimen de ‘educación especial’, felizmente superado en nuestro país hace años.
Junto a pequeños con alguna discapacidad se suman a esta problemática numerosos niños adoptados, sobre todo de Comunidades como Madrid, pionera en la implantación del bilingüismo en sus aulas desde 2004 y que cuenta ya con más de 700 centros, el 46% de su oferta educativa total, y más de 30 municipios con todos sus colegios e institutos bilingües.
El efecto sobre las familias
El informe reclama que las evaluaciones que periódicamente realizan las mencionadas Comunidades Autónomas sobre los resultados y repercusiones de la implantación de la enseñanza bilingüe ofrezcan datos específicos sobre el alumnado con necesidades especiales. Asturias es la única que sí ha reconocido “dificultades” en relación con este colectivo, aunque no las describe.
Se constatan también diferencias según el nivel cultural y socioeconómico del alumnado y se advierte sobre los riesgos de segregación que tiene para los colectivos vulnerables la rápida expansión de este modelo en un contexto de recortes como el que ha afectado a la Educación en los últimos años.
En ese contexto, una de las responsables de la investigación, Mónica Rodríguez, reconoce que “la proliferación de estos centros ha reducido la posibilidad de elección de las familias de un colegio adecuado para sus hijos”. En concreto cita los casos de alumnos con discapacidad auditiva, intelectual, dislexia u otras dificultades para aprender no ya sólo el idioma extranjero, sino -en estos centros bilingües- los contenidos de las materiales troncales que se imparten en inglés. Una brecha que se agranda -denuncian varios de los padres encuestados- cuando ellos mismos no dominan la lengua de Shakespeare, pues no pueden ayudar a sus hijos con los deberes.
El Movimiento Asociativo de Familias de FIAPAS ha denunciado este estado de cosas al considerar que los alumnos con discapacidad auditiva están entre los principales perjudicados.
Entre las recomendaciones del informe de Fundación ONCE e ILUNION para acabar con estas disfunciones, se menciona el ajuste del sistema a las necesidades objetivas de los alumnos, la introducción de métodos de enseñanza más innovadores aprovechando distintos canales de comunicación, la formación del profesorado en atención a niños con capacidades diferentes, etc. Y al tiempo,una ‘reordenación’ de la oferta educativa en colaboración con las Comunidades Autónomas. “Diagnosticado el problema, ahora el objetivo es trabajar con las Administraciones para solventarlo”, concluye Jesús Hernández.