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Aproximación a los nativos digitales

Si existe una clave que explique la historia de éxito que constituyen las ocho décadas de vida de la ONCE, ésa es -sin duda- la sana complicidad mantenida con el conjunto de la ciudadanía, plasmada en su contacto diario, a pie de calle, con las personas ciegas y con otros tipos de discapacidad. Una corriente en dos direcciones, marcada por la simpatía, el respeto y la valoración de una histórica tarea social de solidaridad sin parangón en otras latitudes... Una labor, común actualmente a todas las áreas del Grupo Social ONCE, pero que tuvo su origen y mantiene como su motor más destacado ese momento en el que los ciudadanos se acercan al vendedor del cupón de su barrio, o al que tiene un quiosco junto a su puesto de trabajo, y charlan, comentan, intercambian pareceres y... adquieren alguno de los productos de juego responsable que comercializa. En esa sencilla transacción, el comprador deposita unas gotas de ilusión pensando en que la fortuna puede sonreírle con un premio y, además, es consciente de que está realizando esa ‘apuesta cómplice’ para apoyar unos objetivos ligados a la solidaridad y la igualdad entre todas las personas.

Sí, el ciudadano lo sabe, aunque se disfrace de aparente cliente. Y la ONCE, consciente de que sus vendedores representan la mejor embajada de estos valores y objetivos, conoce la cada vez mayor necesidad de intensificar la conexión con los más jóvenes, que ven al vendedor de la Organización como un elemento cotidiano de su entorno, pero parecen escasamente inclinados a la compra de sus tradicionales productos de juego.

Con el objetivo de vencer esa resistencia se han puesto en marcha iniciativas como la web JuegosONCE (https://www.juegosonce.es/), que ahora cumple 10 años, e impulsado algunos productos conscientemente enfocados a los más jóvenes, como algunas modalidades de lotería instantánea o el denominado Triplex de la ONCE. Pero aún existen resistencias en ese anhelado contacto con la nueva comunidad digital, los conocidos como “nativos digitales”; ante ese reto se pone ahora en marcha la venta de los denominados ‘productos complementarios’, primeros que comercializa nuestra red sin ser modalidades de juego y que tienen que ver con marcas y acciones claramente vinculadas a los consumos tecnológicos y al ocio.

Se trata, por tanto, de ofrecer un servicio a través de nuestros vendedores muy ligado a las actuales costumbres de compra de la ciudadanía más joven, algo que además es posible dadas las capacidades tecnológicas de última generación (TPV) y la versatilidad de nuestra plantilla. Y se hace en la confianza de que esta mano tendida acercará a nuevos (y renovados) ciudadanos que podrán conocernos más y mejor y tomar el testigo para que se mantenga esa complicidad histórica. Más cercanía a los jóvenes, más conocimiento, más futuro.