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Una mochila cargada de ilusión y avances técnicos

El aprendizaje escolar constituye no sólo la primera fase de socialización del individuo más allá de la esfera familiar; es decir, de su crecimiento como ser social. También supone el primer escenario donde intentar alcanzar las capacidades y habilidades intelectuales que le permitirán adquirir los conocimientos que garanticen su autonomía individual y le preparen para el acceso a la cultura, al ocio formativo y, cómo no, a un empleo que le abra, el día de mañana, una oportunidad de vida personal. Y en ese reto, los niños y niñas con discapacidad han de bregar con las limitaciones añadidas que su propia condición conlleva. Contrarrestarlas, hacer de la dificultad un desafío sobre el que ganar la partida combinando ilusión, creatividad e investigación es una de las grandes batallas en que la ONCE viene peleando -y con éxito incontestable- durante sus 80 años de vida.

El curso que inauguramos introduce para los escolares con discapacidad visual algunos de los elementos tecnológicos y metodológicos más innovadores en este terreno. En el informe que incluye esta edición de nuestro boletín ponemos especial énfasis en Braitico y EDICO, dos herramientas llamadas a profundizar en la normalización definitiva del alumnado afiliado a la ONCE. Son sólo dos ejemplos -aunque muy significativos- del avance de un modelo educativo reconocido como ‘ejemplo de éxito’ a escala internacional. Pues arroja al final de la ESO, en torno a los 16 años, una tasa de abandono escolar de tan sólo el 9’6%, frente al 20% de media del alumnado general en España (el 11% en el conjunto de la UE). Es decir, que la grave lacra formativa de uno de cada cinco de nuestros jóvenes estudiantes es, paradójicamente, la mitad de profunda entre los que presentan algún tipo de discapacidad visual grave. La explicación resulta un secreto a voces: radica en la ilusión y el esfuerzo de unos niños y niñas que encuentran, en la capacidad de superación, la senda para hacer realidad su sueño de igualdad; pero resultaría imposible de no contar también con los medios humanos y técnicos que la ONCE -en colaboración con las Administraciones Públicas- desarrollan, habilitan y ponen a su servicio.

Unos 7.500 de estos estudiantes (casi el 100% de los afiliados en edad escolar) acaban de estrenar mochila y libros; este curso, con nuevos recursos a su alcance. Cuando les vean entrar en sus centros de buena mañana junto al resto de compañeros, piensen en cuántos pequeños esfuerzos ligados uno a uno se esconden detrás de su sonrisa.