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Pulso contra el ‘tekoreí’ de los discapacitados paraguayos

El Grupo Social ONCE ha arrancado este ejercicio 2019 con un explícito refuerzo de su vocación transatlántica y de su apuesta por la cooperación activa con los movimientos de personas con discapacidad de América Latina. Una misión con un ya largo recorrido cuya experiencia preside precisamente el enfoque con el que va engranando sus nuevas iniciativas en cada uno de los países del área. En estas últimas semanas ha sido el caso de Paraguay, una nación de pequeño tamaño pero estratégico enclave entre dos enormes Estados, como Brasil y Argentina, y fronteriza también con Bolivia, con quien comparte más de una carencia; entre ellas, la de ser los únicos países de Iberoamérica sin salida directa al mar. Circunstancias, todas ellas, que condicionan específicamente su geoestrategia, su desarrollo económico y su proyección internacional. El Grupo Social ONCE lo sabe y -a través de FOAL- mantiene allí una larga tradición cooperativa que permitió montar, hace más de 10 años, los primeros experimentos de inclusión laboral para personas con discapacidad visual gracias al Proyecto Ágora que impulsa en todo el continente.

Sin embargo, como le ha hecho llegar a la primera dama y a los ministros de Presidencia, de Hacienda o de Educación paraguayos, con los que, entre otros altos cargos, ha mantenido diversos encuentros la delegación de la ONCE que acaba de visitar Asunción, los vectores de colaboración que intentará impulsar en ese país coinciden con los que -cada uno desde el escrupuloso respeto a cada realidad nacional- funcionan ya en las estrategias impulsadas estos últimos años por toda América Latina. En resumen, la necesaria implicación de autoridades y agentes económicos y sociales del país y, paralelamente, acometer una batería de políticas transversales de fomento de la inclusión: medidas legales, fiscales, educativas, laborales...

El camino recorrido en décadas de cooperación al desarrollo en la región nos ha enseñado que sólo el diseño de una red de medidas de ese cariz, y la complicidad expresa de gobernantes y sociedad civil, permiten derivar un cambio sustancial de la situación de las personas con discapacidad. Ese es el objetivo central del Grupo Social ONCE, que se concreta en la suscripción de convenios en materia de empleo y educación como los signados estos días con el Gobierno de Paraguay, que expresó su vocación de incorporar progresivamente nuestro modelo de inclusión, un referente internacional con sus 73.000 empleos en España de los que el 58% están ocupados por personas con discapacidad. Personas que han superado el ‘tekoreí (muy popular expresión guaraní que significa ‘estar sin hacer nada de provecho’) para activarse y conquistar su propio futuro.