Estás en:

El Museo del Prado pone en marcha dos nuevos proyectos accesibles

Mediadora en una de las actividades adaptadas del museoMedio millón de españoles no 'consumen cultura' por falta de accesibilidad

El Museo del Prado acaba de poner en marcha dos nuevos proyectos educativos a través de su programa ‘El Prado para todos’, destinados a promover la accesibilidad a los contenidos del centro para todos aquellos colectivos que precisan de apoyos y herramientas que estimulen su participación en la vida cultural. Un programa que contribuye a acercar los contenidos que ofrece este singular espacio a muchas personas que lo tienen más difícil. Y es que unos 472.000 españoles (el 1% de la población) no acuden a museos, teatros, cines o, en definitiva, no tienen acceso a buena parte de la cultura por 'problemas de accesibilidad', según se desprende de la Encuesta de Hábitos Culturales en España realizada por el Ministerio de Cultura y Deporte, que reconoce que las barreras constituyen uno de los principales retos pendientes.

Visitantes al museo con audioguíaConcretamente, los proyectos puestos en marcha por El Prado son, en primer lugar, ‘Sui géneris. Arte, publicidad y estereotipos’, actividad  dirigida a centros ocupacionales, colegios de educación especial y centros de rehabilitación psicosocial que pretende explorar -a través de la colección del Museo- el modo en el que el arte crea y difunde determinados estereotipos de género. Y la segunda iniciativa es ‘Te quiero en pintura: retratos con emoción’, taller dirigido a grupos de personas mayores de 65 años o con alzhéimer y otros tipos de deterioro cognitivo que propone un recorrido, cuyo hilo conductor es el modo en que los artistas se retratan a sí mismos y a sus personas queridas.

Como colaborador tecnológico del Museo del Prado, la empresa Samsung desarrolla materiales tecnológicos específicos (aplicaciones y contenidos interactivos) y presta todo el equipo tecnológico necesario, como tablets y una pizarra digital, para materializar las actividades. Además, financia la dotación de educadoras y la formación del equipo de mediadores con diversidad funcional de la Fundación Esfera que apoyan su realización.

El reto de la accesibilidad

“La accesibilidad es uno de los retos para las instituciones culturales, un tema que, además, se conoce mal. La mayoría de instalaciones se quedan en la rampa, el ascensor o que haya hueco para las sillas de ruedas, pero... hay mucho más”, dijo el ministro José Guirao en declaraciones a los medios de comunicación tras presentar la Encuesta de Hábitos Culturales en España. Un informe cuatrienal con unos 16.000 encuestados que pretende refleajar el 'consumo de cultura' que realizan los españoles. Aunque refleja un notable incremento de los hábitos culturales en prácticamente todas sus formas, esta edición de la encuesta rellena un vacío y señala las razones por las que algunos ciudadanos no consumen cultura. Entre ellas se encuentra la falta de accesibilidad que, por ejemplo, hace que el 1,3% de la población española no acuda al teatro. Algo parecido ocurre con los museos y exposiciones; y es que ninguno de los museos estatales cuenta con certificado de accesibilidad oficial, una carencia que el Ministerio de Cultura se ha propuesta subsanar.

“Es una llamada de atención para avanzar en algo en lo que se está haciendo un esfuerzo; hay que avanzar en la accesibilidad universal de nuestros espacios culturales como uno de nuestros retos de futuro”, reconoce Guirao.

Afiliada a la ONCE toca una de las réplicas del proyecto "Hoy toca el Prado", dirigido a acercar las grande sobras pictóricas a las personas ciegasLa brecha de la discapacidad

El estudio pone así de relieve la brecha que existe en el consumo de cultura entre quienes tienen una discapacidad y quienes no. Si el porcentaje de población general que acude a museos, exposiciones o galerías de arte es del 46,7%, entre las personas con una discapacidad grave es sólo del 19,7%. La brecha se hace especialmente grande cuando se trata de conciertos de música. Si el 30% de los españoles ha ido a algún concierto en el último año, entre el colectivo de las personas que se declaran 'gravemente limitadas' por una discapacidad son sólo el 13,5%. Algo parecido ocurre con el cine, donde seis de cada diez ciudadanos ha ido, mientras que entre las personas con limitaciones graves sólo acuden el 22,3%.

Las personas con discapacidad también leen menos que la población general. Mientras que el 65,8% de los españoles leyó algún libro en el último año, entre las personas con discapacidad este porcentaje oscila entre el 37% de quienes tienen limitaciones graves y el 47% de las menos incapacitantes. Esta brecha se replica en prácticamente todos los hábitos culturales excepto en uno: la televisión. Y es que las personas con una discapacidad superan hasta en cuatro puntos el consumo general de este medio: si el 90% de la población ha visto la televisión en el último mes, en el caso de las personas con limitaciones son el 94,4%. También llama la atención la escasa brecha que existe en aquellos consumos culturales para los que no es preciso desplazarse, como escuchar la radio. Si la brecha es amplia para actividades que requieren desplazamiento -como ir al teatro, a exposiciones, al circo o a conciertos-, para otras como escuchar la radio o leer la prensa apenas hay diferencias significantes.

De los datos se desprende una clara falta de acceso a determinados bienes culturales, aunque no por una falta de interés por parte de las personas con discapacidad, ya que en aquellas actividades que no requieren desplazamiento, las personas de este colectivo hacen un consumo similar al del resto de la población. Es en el teatro, los museos, los conciertos o las exposiciones donde el colectivo de la discapacidad está infrarrepresentado. La vigente pero continuamente incumplida Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social obliga -desde el 4 de diciembre de 2017- a que todos los espacios públicos sean accesibles para todas las personas con discapacidad, y eso incluye también a la cultura en espacios como los cines, los teatros o las salas de conciertos.