Probablemente no hay en el mundo canto compartido más universal -fuera de los grandes himnos institucionales- que 'You'll never walk alone' (Nunca caminarás solo), estandarte del, por cierto, club de fútbol de moda en Europa, el británico Liverpool: un grito de emoción compartida que hace vibrar el estadio cada fin de semana y cuya gestación histórica resulta especialmente ilustrativa... Compuesta por Rodgers y Hammerstein para un musical de Broadway en 1945, la canción fue un auténtico hit de su época, con versiones a cargo de Frank Sinatra, Elvis Presley, Johnny Cash, Doris Day, Nina Simone o Louis Armstrong. Y de hecho otros clubs, como el escocés Celtic de Glasgow o el alemán Borussia Dortmund, lo adoptaron también en su momento. Pero fue en las gradas del Liverpool donde arrasó la versión de un grupo local, hasta que el tema musical empezó a decaer en popularidad y la megafonía de Anfield dejó de reproducirlo... Mala idea: la afición ya había hecho suyo ese nítidamente expresado compromiso solidario con todos y cada uno de sus jugadores; nunca caminarían solos, y así lo siguieron coreando. De ese modo, desde hace casi 60 años 'Nunca caminarás solo' es himno oficial del actual campeón continental de balompié.

Un espíritu gemelo suena también, desde su creación 81 años atrás, como banda musical de la ONCE en cuanto a compromiso y solidaridad con cada uno de sus afiliados y afiliadas. Reto de proporciones especialmente significativas en estos tiempos de globalización e individualismo, que han traído consigo la acelerada extensión del fenómeno social de la soledad. Una tendencia que coloniza al conjunto de las sociedades occidentales y afecta a todas las capas, pero que adquiere singular relevancia entre las personas mayores, además de constituir una añadida barrera de socialización para el diferente, también -por supuesto- para las personas con discapacidad.

La ONCE lo afronta como un desafío histórico. Su primer objetivo fue sacar del ostracismo a las personas ciegas (y lo ha extendido con el tiempo al conjunto de las personas con discapacidad), reclamar su visibilidad en la calle, en el trabajo, en los foros de ocio y acceso a la cultura; normalizar en definitiva su existencia en un entorno compartido. De aquí arranca su política de Servicios sociales y aquí hunde sus raíces el compromiso de sus estructuras institucionales. Pero la multiplicación del reto en el tiempo presente exigía una reacción específica ante la extensión de la amenazante sombra de la soledad, y la Organización la ha materializado con el ambicioso programa ‘A tu lado siempre’, al que pasamos revista en esta edición de nuestro boletín.

Y anima a todos los miembros de su ‘gran familia’ a sumarse con ilusión a este combate, bajo el espíritu del 'You'll never walk alone': Camina, camina con esperanza en tu corazón, y nunca caminarás solo.