Nuevo episodio de discriminación por un perro guía en un establecimiento comercial
Lo sufrió la presidenta del Consejo Territorial de la ONCE en Baleares, Mari Carmen Soler, en una frutería e Palma
Pasan los años pero determinadas actitudes incomprensibles se perpetúan; esta vez le ha tocado el turno a una persona especialmente significada en nuestro colectivo ONCE: la presidenta del Consejo Territorial de la Organización en Baleares, Mari Carmen Soler. El pasado mes de septiembre fue expulsada de una frutería en Palma de Mallorca al acudir a recoger un pedido acompañada de Quely, su perro guía, una preciosa hembra de pastor alemán. Ni campañas de concienciación ni legislaciones y normativas parecen conseguir calar en algunos rincones de la conciencia ciudadana.
La directiva de la ONCE, que es también una consagrada deportista (corredora de trail running, ejercicio en plena naturaleza), sufrió un trato denigrante en el comercio de la capital balear, cuando acudió, acompañada por Quely, a recoger un pedido que había efectuado telemáticamente. No le permitieron acceder al establecimiento, ni tampoco recoger los productos que había encargado y cuyo importe ya le había sido cargado en la tarjeta. Un trato que la presidenta de los ciegos baleares asegura no comprender (0,24 MB), a escala social y persponal.
Soler lamenta y se pregunta cómo es posible que, después de tantos años de legislación, “haya gente que todavía no conozca los derechos y normativa” que tutelan y protegen al perro guía, garantizando su derecho a acceder a todos los espacios públicos o de uso público (como los comercios), así como a medios de transporte. Ella cree que quizá la condición de extranjeros de los propietarios de la tienda explique que desconozcan los derechos y normativa vigente en nuestro país, pero está convencida de la necesidad de combatir estas actitudes, por lo que ha interpuesto la correspondiente denuncia.
Y destaca la ayuda que día a día le proporciona Quely, máxime en estos meses de pandemia en los que la distancia y la prohibición de contactos contribuyen a complicar la autonomía de las personas ciegas: “Hemos perdido muchas referencias táctiles, y como no vemos las colas nos resulta complicado cumplir con el distanciamiento social y con las marcas visuales que lo establecen”, explicó la responsable de la ONCE en la prensa local.
Preocupación que hace extensiva al ámbito del deporte practicado por las personas con grave discapacidad visual, que se ha hecho mucho más complicado, al tiempo que expresa su deseo de que esta situación “termine rápido y deje la menor huella posible”.