Acompañamiento Telefónico y Voluntariado Digital, la llave para paliar la soledad de las personas afiliadas
Como ya hemos venido mostrando en numerosas informaciones, la crisis sociosanitaria vivida durante el último año ha afectado de forma muy directa a las personas afiliadas a la ONCE, dada su ceguera o discapacidad visual grave, pero, sobre todo, a aquellas que por su situación personal o familiar han tenido que enfrentarse a una soledad llena de miedos e inseguridades. Ante esta realidad, el servicio de Voluntariado ONCE ha sido capaz de reajustarse y tender la mano a todas aquellas personas que más lo han necesitado, y lo ha hecho con el impulso del servicio de Acompañamiento Telefónico, que viene desarrollándose ya desde hace varios años, y el Voluntariado Digital, un nuevo subprograma incorporado al último plan general aprobado el pasado año.
“Si algo positivo ha tenido la pandemia ha sido la gran difusión de este servicio, la cual ha sido muy potente, puesto que se ha continuado en contacto con los usuarios habituales, además de atraer a otros nuevos que desconocían la existencia del servicio”, asegura José Ángel Barazal (1,82 MB), coordinador general de Voluntariado en la Dirección General de la ONCE.
Prueba de ello son los datos arrojados al cierre de 2020, donde se constata la atención a 5.430 personas afiliadas y 99.338 servicios realizados, lo que supone un crecimiento de un 29,78 % en personas atendidas y de un 33,57 % en servicios, si lo comparamos con el cierre del ejercicio 2019; todo ello gracias a los 2.635 voluntarios y voluntarias. Una tendencia que, en la actualidad, se continúa manteniendo, y un servicio que, poco a poco las personas afiliadas van incorporando como otra actividad más de apoyo en su día a día.
La necesidad de un acompañamiento telefónico
Fue, precisamente, a comienzos del año 2020, cuando se aprobaba la nueva normativa sobre Voluntariado ONCE –y de la que informamos en en su momento-, donde se contemplaba ya un reajuste y ampliación de los servicios fruto de las necesidades detectadas hasta el momento. Pero estalló la pandemia y hubo que buscar nuevas fórmulas para poder seguir prestando una ayuda muy necesaria para todos los afiliados y afiliadas, pero desde la distancia. Poco a poco, el servicio de Acompañamiento Telefónico fue ganando terreno, en unos casos por la respuesta de los propios coordinadores y colaboradores de Voluntariado de todos los centros de la ONCE, pero en otras muchas ocasiones, por propia iniciativa de los voluntarios y voluntarias, preocupados por la situación de soledad de las personas afiliadas, como explica el coordinador de Voluntariado en la Delegación Territorial de la ONCE en Madrid, Pablo Corral Embade (2,20 MB).
El objetivo en aquel momento era conseguir implicar a todo el servicio de Voluntariado ONCE, de todos los rincones de España, para tratar de llegar al mayor número de afiliados y afiliadas que, dadas las circunstancias, habían tenido que cesar cualquier tipo de actividad y encerrarse en su casa, provocando en muchas ocasiones situaciones de verdadera angustia. Pero uno de los problemas que se detectó es que había muchos afiliados que no reconocían necesitar ese apoyo telefónico, por lo que “tuvimos que echarle mucha imaginación al voluntariado”, asegura Mª Carmen Domínguez Olaya, colaboradora de Voluntariado en la Dirección de Apoyo de Huelva. En su caso, puso en marcha varias iniciativas que, sin ser un acompañamiento telefónico al uso, al final derivaron en ello, tal y como explica. Uno de ellos, por ejemplo, fue el que denominaron ‘Cocinitas’, con el que buscaban unir a personas afiliadas interesadas en la cocina, como es el caso de la afiliada Josefa Wert Díaz, con voluntarios con los que compartir sus recetas, elaboraciones, etc., y que finalmente se convirtió en “una vía de acompañamiento y de unión entre ellos”
(2,05 MB). También de cara a la Navidad, pusieron en marcha un ‘Amigo invisible’ telefónico con el que los participantes se regalaban entre ellos canciones, poemas, recetas, fotos... y todo ello coordinado por un voluntario o voluntaria. Cabe señalar, además, que el equipo de Mª Carmen Domínguez ha recibido un accésit en el V Concurso de Experiencias de Innovación y Buenas Prácticas en Servicios Sociales por su proyecto “Experiencia piloto para la difusión del servicio de voluntariado” por la sierra de Huelva.
Colaboración con Teléfono de la Esperanza
El Acompañamiento Telefónico es un servicio incluido dentro de las prestaciones de Voluntariado ONCE, que viene desarrollándose desde hace varios años, muy en especial para aquellas personas que se encuentran en situación de soledad, según explica Barazal (2,40 MB). Pero, al cobrar especial relevancia durante la pandemia, se han ido detectado algunas necesidades de formación para toda la red de voluntarios, porque, como asegura el coordinador general del servicio, “no todo el mundo vale para dar apoyo telefónico”. Y, además, ante esta situación de dar cobertura de una forma inmediata, la sensación era como de “mandar a la selva a la gente, porque había casos muy difíciles”, añade Pablo Corral.
A raíz de ello, se decidió incluir en la reunión anual de los 135 coordinadores y colaboradores de Voluntariado ONCE, que se ha celebrado recientemente de forma online, unas sesiones informativas a cargo de la Asociación Internacional Teléfono de la Esperanza, dada su larga trayectoria y experiencia en apoyo telefónico para tratar de “homogeneizar este servicio dentro de la Organización”, explica Barazal. Unas charlas en las que se ha trasladado a los coordinadores las pautas para realizar una buena formación de todos los voluntarios y voluntarias, asegura Celia Castro Castells
(1,35 MB), técnico de Servicios Comunes de la entidad y encargada de las sesiones. Para Castro, la clave de un buen voluntariado telefónico está en la “empatía con la otra persona”
(2,61 MB).
Es la primera vez que ambas instituciones colaboran a nivel central, aunque en muchos territorios ya se venía trabajando de forma conjunta, como cuenta Choco Maldonado coordinadora de Voluntariado en la Delegación Territorial de Aragón, aunque “la forma de trabajar es muy diferente”
(2,37 MB). En la región aragonesa, al igual que sucede en Madrid y en otros muchos lugares, se da la circunstancia de que algunas personas afiliadas realizan voluntariado telefónico en Teléfono de la Esperanza y han sido de gran ayuda durante esta etapa vivida. Aún así, a juicio del coordinador de Madrid sería necesario formar a toda la red de voluntariado porque para no equivocarse hace falta “mucho más que buena voluntad”
(0,75 MB).
Desde Teléfono de la Esperanza, Celia Castro asegura que una buena atención telefónica requiere del voluntario, entre otras cualidades, “disponibilidad, motivación y compromiso para que sea algo enriquecedor para ambas partes” (2,26 MB).
El Voluntariado Digital
El Voluntariado Digital, que se incorporó en la nueva normativa de 2020, para tratar de apoyar y orientar a las personas afiliadas que tengan dificultades en el manejo básico las nuevas tecnologías una vez recibida la correspondiente atención por parte de los instructores de Tiflotecnología, ha demostrado ser también de primera necesidad ante la inmersión digital a la que todos nos hemos visto abocados durante la crisis y, poco a poco, se ha ido implantado desde los diferentes equipos de voluntariado.
Por ejemplo, en la Delegación Territorial de Aragón es una de las principales iniciativas que se quieren consolidar, como complemento a los servicios de acompañamiento presencial y al telefónico, según explica Choco Maldonado, y, además, “se trata de voluntarios afiliados, porque son quienes mejor conocen el uso de la tecnología, a la vez que le confiere seguridad a la otra persona” (3,47 MB).
También en la Delegación Territorial de Madrid se está implantando el Voluntariado Digital, en estos momentos con un proyecto para el manejo de la adaptación Voice Over, dirigido a enseñar el uso de aplicaciones móviles y, en breve, con otro denominado “Mayores y tecnología” organizado por el Consejo Territorial, con el que se pretende que voluntarios menores de 30 años ayuden a los afiliados mayores de 55 años a aprender a manejar las adaptaciones, una vez que hayan realizado el correspondiente aprendizaje con los instructores. “Estas iniciativas antes se realizaban de manera presencial por grupos, pero ahora se realizan por teléfono y de forma individual”, aclara Corral.
Versatilidad y dinamismo de un servicio al alza
En el transcurso de todos estos meses de pandemia “se ha evidenciado que el voluntariado es un servicio esencial y que está en alza porque la gente se ha dado cuenta de lo que un voluntario puede hacer incluso en los peores momentos. El voluntario ha sido como el aire fresco que ha entrado en la casa, porque muchas veces incluso supera la relación entre familiares. Es mucho más enriquecedor para las personas”, asegura desde Huelva Mª Carmen Domínguez (2,47 MB).
Por este motivo, el principal objetivo de cara al segundo semestre de 2021 es “tratar de implantar el modelo en los 135 centros de la ONCE para que cualquier persona afiliada pueda tener acceso al servicio de voluntariado, incluso aquellas que viven en el último rincón de cualquier lugar donde esté la ONCE”, explica José Ángel Barazal (2,11 MB). Además, “queremos empezar a desarrollar todas las nuevas líneas contempladas en la nueva normativa que todavía no hemos podido hacer a consecuencia de la crisis”.
Al mismo tiempo, se trabaja para tratar de conseguir captar el interés del mayor número posible de ciudadanos y ciudadanas hacia el Voluntariado de la ONCE también desde cualquier rincón, porque la cercanía de las personas hace posible ofrecer un mejor servicio. Y allí donde no se puede llegar, la ONCE mantiene convenios de colaboración con otras entidades como Cruz Roja, Grandes Amigos o el propio Teléfono de la Esperanza para garantizar una cobertura plena.
Desde aquí, el coordinador general de Voluntariado anima (0,73 MB)a todas aquellas personas interesadas en ayudar, a acudir a cualquier centro de la ONCE para conocer los programas de Voluntariado, o hacerlo a través de la web de la ONCE
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Yolanda S. Baglietto