Víctor Meliveo: "Si tu arte eres capaz de convertirlo en oficio ¡Ole tú!"
‘fullTIME, the book’, exposición de fotografía y videoarte, en el museo de la ONCE ¡hasta el 20 de noviembre!
Dirige y crea belleza. De oficio... Artista. Si le buscas en Google, es un artista español multidisciplinar: fotógrafo, realizador, montador e investigador (...) pero si te tomas tiempo y ves el videoarte, montado en la sala de exposiciones temporales del museo de la ONCE, e indagas en las doce fotografías expuestas, con su propio sello, descubrirás la minuciosidad del detalle con el valor del trabajo bien hecho. Y es que el malagueño Víctor Meliveo Nogués, de 41 años, con discapacidad visual grave, toca casi todos los palos de la expresión artística. Nato comunicador de sensaciones y sentimientos, a través de imágenes, con la voz o el sonido de las palabras escritas que juegan al compás de sugerente música y acordes de vida... O con el tañer de campanadas con ‘abstracciones ciegas, invisibles’ cerrando la pieza videoarte, visual e inquietante tal vez.
Es más, en breve y con una de las ayudas para Iniciativas Culturales de la ONCE, Full Time Proyect, su global iniciativa creadora -con una treintena de prestigiosos colaboraciones- verá la luz, también, con la publicación de un libro, con el mismo nombre expositor: ‘fullTIME, the book’. Una obra soñada, pensada, creada... compuesta por miles de ideas malabares. Como reseñable adelanto, la muestra en el Tiflológico (calle La Coruña, 18, Madrid).
Diversidad e inclusión respira tan multidisciplinar trabajo, sin identificar esas imposibles discapacidades cuando brilla el talento de ser capaces de hacer... El visitante (a la exposición) vuela, se sumerge en la composición entrelazada en piezas montadas con maestría, que cuentan historias. “Todo se mezcla sin importar ni procedencia, ni obra, ni quién eres, ni cuáles son tus capacidades. Y no se indica. El espectador, de alguna manera, si quiere puede jugar a adivinar quién es cada cual y qué capacidad tiene cada uno... En el fondo, creo que es indistinguible”, declara Víctor, sin paliativos. (1,43 MB) Y razón no le falta. Nunca el arte distinguió discapacidades sino más bien al contrario. A él le gusta compartir y dar su importante lugar al amplio abanico de colaboradores implicados en tan magno proyecto inclusivo, de envergadura internacional. Cabe citar, si bien los créditos recogen todos sus nombres, a Bárbara Davidson, premio Pulitzer; a la creadora de ‘Manolito Gafotas’, Elvira Lindo; al fotógrafo ciego Pete Eckert o al escritor, también ciego, Emilio Ortiz.
Se declara enamorado del circo, del teatro... de las artes escénicas. Disfrutó de lo lindo como malabarista, en su etapa adolescente y retazos de juventud. De hecho, se tomó un año sabático antes de dar un giro a su preparación académica ‘de ciencias’ para estudiar Dirección de Escena y Dramaturgia e incluso hacer un Máster en Montaje y Posproducción. Experto en iluminación profesional, Meliveo ha viajado por todo el mundo o casi, y expuesto su creativo arte fotográfico de igual manera
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Víctor Meliveo aprovecha al máximo el resto visual que conserva. “Desde chiquitito soy diabético y ya tenía algunos problemas visuales, pero en 2004 es cuando tuve dos traumatismos y varias intervenciones oculares”, relata (0,34 MB). Así refiere cómo se las apañaba con una cámara digital “para leer el cartel de una calle, por ejemplo.
(1,96 MB) Yo hacía fotos y las ampliaba y esa herramienta, que tenía para mi día a día, se convirtió en inseparable, en un gran apoyo, y surgió mi amor por la fotografía”. Consciente del correr de la vida, pasa rápido por la página del accidente en el rostro mientras practicaba un truco haciendo malabares. “Hay lesiones que son medio normales porque te puedes romper un diente, una ceja... Yo tuve la mala fortuna que la maza me golpeó en un ojo y con mis antecedentes... Bueno, las cosas pasan, no se pueden controlar”, afirma con una mueca de dolor
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De mente matemática y espíritu inquieto, en su afán investigador y emprendedor encuentra el nexo científico en la actividad realizadora, en cine, fotografía o en la dirección de los montajes. “Las letras cuando son buenas se parecen mucho a la ciencia. Y una vez que entro en fotografía y ahora en montaje, en sonido, en colorimetría... todo es Newton, todo es efecto doppler, todo son sensores, informática, leyes físicas. Y esa base hay que tenerla por lo menos en mi trabajo”, explica con convencimiento (1,54 MB). Informado, al día, en avances científicos, por la cuenta que le trae, está dispuesto a ser ‘conejillo de indias’ si se hace viable la inteligencia artificial “porque un ojo biónico, yo me lo pongo”, asegura.
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Constante en su quehacer profesional, opina que las musas te han de pillar siempre trabajando. Él no anda por mal camino, no. Conocido y reconocido con el primer premio y premio del público en el Festival de Málaga (en 2006), recorre el sendero abriéndose al aprendizaje como pupilo y tendiendo su mano de maestro. Le sonroja, quizá, tanto atrevimiento. “Bueno, sí, a mí me gusta ser conocido pero más como técnico que como artista. Porque como técnico es en el terreno laboral, que no deja de ser creativo, y al fin y al cabo es el oficio del día a día. Y si tu arte eres capaz de convertirlo en oficio ¡Olé tú!”, concluye. (0,85 MB) Pues... ¡Ole tú!
Genoveva Benito