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Santa Lucía 2022: La ONCE y Cipriana, coetáneas y de origen burgalés, celebran 84 años de vida juntas

CiprianaBurgos, 1938. Aquí comienza la historia de Cipriana, o Cipri, como la llaman cariñosamente. Una mujer valiente, coetánea a la ONCE, que creció a su lado y de su mano... "Nací en Burgos el 11 de julio de 1938, y la ONCE el 13 de diciembre también en Burgos. Nosotros éramos siete hermanos y dos de nosotros nacimos con este problema de la vista, el resto tienen una visión perfecta, y fue en los años de la guerra en España, mi hermano nació en el 36 y yo en el 38", nos cuenta sin dejarse detalle y casi de carrerilla. formato MP3 audio(0,25 MB)

Con ella personificamos el aniversario que la ONCE ha celebrado por Santa Lucía 2022Abre ventana nueva, el pasado 13 de diciembre. Una efeméride que ha tenido el objetivo de reunir a toda la gran familia de la Organización en toda España para celebrar que llegamos a los 84 años de vida formando parte de la generación más inclusiva de la historiaAbre ventana nueva.

“Todos mis complejos desaparecieron el día que me afilié a la ONCE”

Nació un 11 de julio, un número que, como si de una señal o premonición se tratara, la acompañará a lo largo de toda su vida. Sin embargo, a Cipri no le gusta hablar de casualidades pues, según dice, “estas solo existen porque alguien las pone en tu camino para ser casuales”. Así, los caminos de Cipriana y la ONCE estaban destinados a unirse desde el principio, en 1938. 

Creció en Vilviestre del Pinar (Burgos) junto a sus siete hermanos, ayudando en casa y, posteriormente, regentando un bar con su marido. Su infancia fue feliz, aunque recuerda vivirla rodeada de complejos e inseguridades, ya que, por culpa de su discapacidad visual, no podía ir a la escuela y se sentía diferente a los otros niños y niñas de su edad. 

"En mi pueblo era... pues ¡tú ahí, en ese rincón! No me podía mover. Luego, de noche no podía salir de casa porque no había luces y todo eran piedras, pero yo me escapaba  por la noche a hacer teatro y, claro, me tragaba todos los pozos y piedras del camino. Me caía en las zanjas...", nos cuenta Cipri emocionada formato MP3 audio(0,22 MB).

Asegura que  “estos complejos me hundían totalmente, me sacaban de la sociedad”. Un sentimiento que no desapareció hasta 1991 cuando, con 53 años, decidió afiliarse a la ONCE, algo que para ella fue “una puerta abierta a los cielos”. "La ONCE me ha aportado cosas muy buenas, sobre todo eliminar mis complejos -confiesa formato MP3 audio(0,49 MB)-. Esos complejos me hundían totalmente, me apartaban de la sociedad y estaba siempre enfadada con todo. Pero fue llegar a la ONCE y abrirse una cortina, la que tenía en los ojos, y cambiar el pensamiento. Me di cuenta de que yo podía ayudar a otras personas, y no tanto que me ayudaran a mí".  

Tanto ayudó la ONCE a Cipriana que, tal y como explica ella misma, “fue capaz de demostrarme que mi mayor complejo podía darme de comer”. Y así fue. En 1992, un año después de afiliarse, Cipri empezó a trabajar como vendedora de la ONCE, profesión que la acompañó durante 11 años -de nuevo, su número mágico-. Ser vendedora la enseñó a quererse de una forma que no había hecho hasta la fecha por culpa de esos complejos y a demostrarse a sí misma que, aun teniendo una discapacidad visual, podía trabajar “y ser útil, ayudar a las personas”.

Cipri tenía su quiosco entre la Travessera de Gracia y la calle Bailén (Barcelona) y fue precisamente ahí donde descubrió su vocación por la venta, algo que no se le daba nada mal. "He sido la persona más féliz vendiendo el cupón... Me encantaba la gente, la publicidad que yo misma hacía de los cupones convenciendo a la gente de que al comprarlo hacían tres obras buenas: nosotros cotizamos, a vosotros os puede tocar el premio y además colaboráis con la mejor organización que hay en el mundo para los ciegos... Así tenía venta", nos explica. formato MP3 audio(0,32 MB)

Aunque nunca repartió ningún premio grande, Cipri consiguió llegar al ‘top 50’ de vendedores de la ONCE, siendo una de las que más vendía, un reconocimiento que recuerda con mucho orgullo y satisfacción, ya que “la venta lo era todo para mí”. Además, estos 11 años como vendedora también le sirvieron para acumular más de una anécdota divertida, que no duda en contarnos formato MP3 audio(0,22 MB)

Y es que, aunque se afilió de mayor, Cipri ha vivido mucho en la ONCE: hacía teatro, iba a las fiestas de Santa Lucía, pasaba las navidades con otros afiliados... Momentos que recuerda con nostalgia y mucha alegría. formato MP3 audio(0,14 MB)

Sin duda, y aunque Cipri no cree en las casualidades, el número 11 ha marcado un antes y un después en muchos aspectos de su vida. Nació un día 11, trabajó 11 años como vendedora del cupón y, lo más importante, consiguió dejar atrás todos sus miedos, complejos e inseguridades gracias a una organización con nombre de número, la ONCE.

Xenia Vegas