Dotarse de un Código Ético de Conducta no es una obligación legal. Sin embargo, para el Grupo Social ONCE es un compromiso con los tiempos que vivimos. Representa dotarnos de más transparencia, de más apertura, de mayor verdad en todo lo que hacemos, lo que queremos hacer y, muy especialmente, cómo lo queremos hacer. Porque tenemos como base a las personas que componemos el Grupo Social ONCE y, por eso, aspiramos a construir, al lado de la ciudadanía, sociedades mejores donde los derechos y el respeto sean punto de partida para cualquier actuación. De ahí que entendemos que el comportamiento de cuantos conformamos esta gran familia debe estar basado en los más elevados criterios de ética personal, excelencia profesional, responsabilidad organizativa y respeto, mucho respeto. Por ello, este código compromete, con su firma, a todos aquellos que tienen una responsabilidad institucional en el Grupo, pero no sólo, dado que son valores que van más allá, que nos comprometen a todos y todas, porque nos sentimos alineados con la ética tal y como la define la filósofa española Adela Cortina, es decir, “esencialmente un saber para actuar de modo racional”.