"De la discordia a la concordia": París 2024 declara la revolución inclusiva en los XVII Juegos Paralímpicos de la historia
España espera lograr al menos los 36 metales de Tokio 2020 tras conseguir 15 medallas -3 oros, 3 platas y 9 bronces- en las primeras cuatro jornadas de los Juegos
“Bienvenidos al país del amor y al país de la revolución... Empezamos la más bella de todas las revoluciones: la revolución paralímpica". Con estas palabras Tony Estanguet
(0,51 MB), presidente del Comité Organizador de los Juegos de París 2024
, daba la bienvenida a las 169 delegaciones nacionales que competirán en los Juegos Paralímpicos hasta el próximo 8 de septiembre.
Fue la primera ceremonia inaugural de la historia de estos juegos celebrada fuera de un estadio y con un mensaje revolucionario por la inclusión social de las personas con discapacidad. “En un mundo lleno de odio, de conflicto y de exclusión, el deporte nos reúne aquí para celebrar la diferencia”, dijo el brasileño Andrew Parsons (0,81 MB), presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI)
, dando la bienvenida a los 4.400 atletas que compiten en el “evento deportivo más transformador del mundo”, dijo.
Antes de la inauguración oficial que realizó el presidente de la república francesa, Enmanuel Macron, el presidente del Comité Paralímpico Español (CPE), Miguel Carballeda, animaba a toda la delegación española en un acto de despedida celebrado días antes en Madrid
. Nuestro equipo, al cierre de esta edición, acumula ya xxx medallas y ocupa el puesto X en el medallero.
Estanguet recalcó (1,23 MB) que los deportistas paralímpicos no tienen ningún límite. “Esa es la revolución paralímpica. Una revolución suave, pero que nos va a cambiar a todos. París 2024 va a hacer la más divertida revolución que se haya visto”, añadió.
(0,77 MB)
Y Parsons destacó (0,96 MB) que en “París 2024 comienza una revolución: la revolución de la inclusión. Libertad: el derecho a vivir libremente y sin opresión. Igualdad: toda persona con discapacidad tiene derecho a vivir libre de barreras, discriminación y marginación. Fraternidad: todas las personas formamos parte de la misma familia: la humanidad”.
Tras ellos, el presidente Macron declaró inaugurados oficialmente los Juegos Paralímpicos (0,48 MB), lo que dio paso a un espectáculo coreografiado en el que se unieron la danza, el deporte y el arte en un juego ficticio que resaltó el trabajo en equipo, donde personas con y sin discapacidad inventaron nuevos deportes en los que todos podían participar y superan sus diferencias.
Una ceremonia abierta en el corazón de París
El espectáculo inaugural tuvo lugar en el corazón de la capital francesa con el desfile de todos los equipos participantes desde los Campos Elíseos hasta la emblemática plaza de la Concordia, finalizando en el Jardín de las Tullerías.
Fue una ceremonia que se prolongó durante casi tres horas y media, y que contó con la presencia de autoridades del gobierno de España, como la ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría; el secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Rodríguez Uribes; el presidente del Comité Paralímpico Español, Miguel Carballeda, así como la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y diferentes autoridades del Consejo Superior de Deportes y empresas patrocinadoras el Equipo Paralímpico Español.
El acto de apertura se basó en la inclusión social de las personas con discapacidad bajo el lema ‘Paradoja: de la discordia a la concordia’ y contó con la participación de cerca de 500 artistas -varios de ellos con discapacidad-, que alternaron espectáculos de música y danza. Fue seguida ‘in situ’ más de 50.000 personas y, previsiblemente, por unos 300 millones de telespectadores de todo el mundo.
Gran espectáculo de música y luz
La dirección artística quiso mostrar al mundo que las personas con discapacidad - un 15% de la población mundial- se exponen a desafíos diarios, por lo que el objetivo era contrarrestar las opiniones preconcebidas de este sector de la población, es decir, erradicar las exclusiones en favor de la inclusión.
La Plaza de la Concordia fue el escenario abierto en torno al obelisco y rodeado de seis tribunas, cuyos espectadores vieron desfilar a las 169 delegaciones nacionales participantes al ritmo del DJ francés Myd.
La expedición española apareció en el 48º puesto, abanderada por la judoka de la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) Marta Arce y el tenista de mesa Álvaro Valera, que comandaron un grupo de cerca de 160 personas, entre deportistas, técnicos, médicos, fisioterapeutas y personal administrativo.
Théo Curin -nadador francés que compitió en los Juegos Paralímpicos de Río 2016- abrió la la ceremonia tras aparecer al volante de un taxi cubierto de ‘Phryges’, el gorro frigio que representa las mascotas de París 2024.
Después se izó la bandera francesa al son del himno nacional de ese país (‘La Marsellesa’) y llegó el turno de los discursos.
Tras la presentación de Macron y Parsons, que presenciaron el espectáculo desde la tribuna oficial, alrededor de 140 bailarines sin discapacidad representaron una ‘sociedad estricta’ resistente a los cambios y otros 16 sin discapacidad encarnaron un carácter más abierto.
John McFall, atleta que compitió en Pekín 2008 y primer astronauta con discapacidad en incorporarse a la Agencia Espacial Europea, llevó la bandera paralímpica a la plaza de la Concordia, donde se izó al compás del himno paralímpico. Y hubo juramentos realizados por dos deportistas, un juez y un entrenador, que se comprometieron a respetar y promover los valores paralímpicos (determinación, igualdad, inspiración y coraje).
La ceremonia concluyó con el encendido del pebetero paralímpico. La llama, que por la primera vez en la historia se encendió en Stoke Mandeville (Reino Unido), cuna del deporte paralímpico, entró en la plaza de la Concordia rodeada de más de 150 bailarines e intérpretes con antorchas encendidas, que bailaron al ritmo de ‘Bolero’, de Maurice Ravel, una de las partituras de ballet más interpretadas del mundo.
Mientras, la llama paralímpica avanzaba hacia el pebetero con forma de globo de 30 metros de alto y 22 de diámetro, como homenaje al primer vuelo de hidrógeno realizado por el físico Jacques Charles y su ayudante Ainé Roberts en el Jardín de las Tullerías en 1783. Los encargados de encenderlo fueron los abanderados franceses Alexis Hanquinquant y Nantenin Keïta junto con otros tres deportistas galos, Charles-Antoine Kouakou, Elodie Lorandi y Fabien Lamirault.
El pebetero encendido mostró así una imagen para la historia, la del globo portador de la llama, luciendo junto a la Torre Eiffel iluminada como telón de fondo.
Los fuegos artificiales pusieron el colofón a la gran fiesta paralímpica, que despidió la velada con la actuación de artistas que inundaron de color el escenario, con sillas de ruedas girando como esculturas de luz a los acordes de ‘Born to be alive’ (‘Nacido para vivir’), del cantante francés Patrick Hernandez.
El punto final lo puso el ya clásico tema 'Je t'aime moi non plus', la famosa canción compuesta por Serge Gainsbourg en 1969 y que interpretó con Jane Birkin, pasando a la posteridad.
"Ha sido una ceremonia espectacular, sobre todo hemos vuelto a notar el calor del público después de que en Tokio la experiencia fuera muy fría sin el público", comentaba la abanderada y judoca ciega Marta Arce (0,51 MB) nada más acabar la inauguración, junto a su compañero Juan Antonio Saavedra, medallista paralímpico en Tokio y Londres en la modalidad de Tiro Adaptado. "Ha sido una de las ceremonias menos cansadas para nosotros, recuerdo algunas de horas y horas, pero esta ha sido muy fluida y bonita", manifestaba
(0,32 MB).
15 medallas en las 4 primeras jornadas
Tras la magia de la ceremonia inaugural, la primera jornada de los juegos culminó con algunas medallas para España. Concretamente tres de bronce a cargo del del ciclista Ricardo Ten y el nadador Miguel Luque, y el nadador debutante Kike Alhambra.
Ten fue el encargado de abrir el medallero paralímpico español en París 2024 al pedalear hasta recibir el bronce en la prueba de persecución individual en pista, celebrada en el velódromo de Saint-Quentin en Yvelines, en la que se midió al alemán Pierre Senska en el duelo por la tercera y cuarta plaza. El corredor valenciano completó los 3.000 metros de la prueba con un tiempo de 3’45”152, frente a los 3’50”926 del germano, lo que le valió su novena medalla paralímpica de su extensa carrera deportiva y la primera para la delegación nacional en París 2024.
Tras la prueba, el español se mostró muy satisfecho. “Todo el trabajo que veníamos haciendo para la crono también me ha servido para la persecución. Estoy muy feliz de conseguir la primera medalla a título individual en ciclismo. Está bien que, de vez en cuando, salgan las cosas bien”, comentó.
El ciclista, de 49 años, disputa en París sus séptimos Juegos Paralímpicos y en seis de ellos ha conseguido subir al podio.
Por otro lado, Miguel Luque fue el primer deportista español en lograr medallas de natación en siete Juegos Paralímpicos al colgarse la de bronce en los 50 metros braza (categoría SB3).
Luque, de 47 años y con discapacidad física, debutó con su prueba talismán y en una final directa, puesto que no hubo fase clasificatoria por la mañana.
El nadador barcelonés remontó mediada la carrera y entró en puestos de podio a falta de unos 15 metros hasta detener el crono en 50”52. El japonés Takayuki Suzuki, bronce en Tokio 2020, se hizo con el oro al parar el crono en 48"04, en tanto que Efrem Morelli ganó la plata (49"41). El también español Vicente Gil finalizó sexto al detener el crono en 53”06.
Tras recibir su medalla, Luque se mostró “contento y feliz de poder subir al pódium. Estar en siete Juegos diferentes y conseguir medalla en la misma prueba de los 50 metros braza, creo que poca gente lo puede decir”, apuntó, antes de destacar que “la medalla se gana antes de tirarte al agua, pensando en el número de brazadas, de respiraciones y estar muy concentrado desde la cámara de salida”.
Con este resultado, Luque suma ocho medallas en siete Juegos Paralímpicos, siete de ellas en los 50 braza (oro en Sidney 2000 y Atenas 2004; plata en Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020, y bronce en Pekín 2008 y París 2024) y una en el relevo de 4x50 estilos (bronce en Atenas 2004).
Y el nadador Kike Alhambra consiguió la tercera medalla de España en los Juegos Paralímpicos de París 2024 -los primeros de su carrera deportiva- al hacerse con el bronce en los 100 metros mariposa (clase S13, para deportistas con discapacidad visual). Una medalla que le sabía “a pura gloria. Estoy alucinando con tantas entrevistas y tanta emoción. No lo puedo expresar con palabras”,dijo. (0,90 MB)
En la final, disputada en el Paris La Défense Arena, el nadador valenciano terminó cuarto en el primer largo a la piscina, pero se exprimió en el regreso para superar a Virchenko y conseguir la medalla de bronce.
El oro fue para el deportista neutral paralímpico Ihar Boki (54"13) y la plata, para el francés Alex Portal (54"38). El español Juan Ferrón acabó séptimo (59"77) y felicitó efusivamente en el agua a su compatriota Alhambra.
El salto de Alba
La cuarta medalla para España llegó de la mano de Alba García, que logró otro bronce en el salto de longitud para atletas con discapacidad visual. La madrileña de solo 22 años apuntó con certeza en su primer salto para firmar una marca de 4,76 metros, justo antes de que la lluvia hiciese acto de presencia en el Stade de France y complicase la jornada. La uzbeka Asila Mirzayoroba y la china Guohua Zhou se hicieron con el oro y la plata respectivamente.
En declaraciones a los medios (1,02 MB) Alba reconoció que la competición la vivió “con mucho estrés, porque parecía que no entraba nunca el salto”. “En cualquier caso, me quedo contenta, me voy satisfecha porque al final venía a ganar medalla y lo he conseguido”, agregó. Respecto a la marca señaló que “podía haberlo hecho mejor pero viendo las condiciones, el ruido, el tener que parar de forma constante o el clima, no puedo pedir más”.
Pero el bronce de Alba no fue el único ese mismo día. Su compatriota Joan Munar logró otro bronce en el salto de longitud T11 (ciegos totales), con una marca de 6,32 metros, después de un concurso extraordinario y muy competido en el que necesitó mejorar su propia marca personal en el último intento para subir al podio. También el ciclista Alfonso Cabello lograba un bronce en la prueba del kilómetro en pista.
Primeros oros
Y el primer oro llegó esa misma jornada de la nadadora Tasy Dmytriv, de 16 años, que debutó a lo grande en unos Juegos Paralímpicos colgándose la medalla de oro de los 100 metros braza SB8, dando así el primer oro para España en la capital francesa.
La gesta de la joven nadadora, que nació sin el antebrazo derecho, fue presenciada desde la grada del Paris La Défense Arena por la reina Letizia, que animó ese viernes 30 de agosto a los deportistas paralímpicos españoles en baloncesto masculino en silla de ruedas, boccia y natación.
Un día después, el 31 de agosto, el atleta con discapacidad visual Yassine Ouhdadi estrenó la tercera jornada de los juegos con una medalla de oro de los 5.000 metros en la categoría T13, con lo que retuvo el título logrado en Tokio 2020 y aportó el octavo metal del equipo español en la capital francesa.
Ouhdadi, de 30 años, afrontó la carrera en el Estadio de Francia -que estaba casi abarrotado con cerca de 70.000 espectadores a primera hora de la mañana- con la segunda mejor marca personal de los finalistas (14'21"91), solo por detrás del australiano Jaryd Clifford (14'04"88), uno de sus principales rivales, pero con el mejor registro de esta temporada (14'27"76).
Y el tercer oro llegó de la mano del nadador Íñigo Llopis que se proclamó campeón paralímpico de los 100 metros espalda S8, con lo que se coronó con el único título que le faltaba porque ya subió a lo más alto del podio en campeonatos del mundo y de Europa.
Por otro lado, España siguió sumando bronces esa tercera jornada: el de la nadadora María Delgado, en los 100 metros espalda; el de Teresa Perales, en los 50 espalda S2 en natación -con lo que acumula ya 28 medallas paralímpicas (7 oros, 10 platas y 11 bronces) y amplía el reducido grupo de deportistas españoles con más metales en Juegos -concretamente siete, desde Sidney 2000 hasta París 2024-, y el del tirador Juan Antonio Saavedra en competición mixta de R3 (rifle a 10 metros en posición tendida), con lo que se convierte en el tirador español con más medallas de la historia en competiciones paralímpicas.
Platas paralímpicas
Las platas para el equipo español llegaron con la atleta Sara Martínez que, en la cuarta jornada de los Juegos, el domingo 1 de septiembre se proclamó subcampeona paralímpica de salto de longitud para deportistas con discapacidad visual de la categoría T12, con un salto de 5,40 metros, sumando su segunda medalla consecutiva en unos Juegos Paralímpicos tras la misma presea conquistada hace tres años en Tokio.
Con un Estadio Olímpico abarrotado de público y el sol como testigo, la madrileña de 34 años y con seis participaciones en Juegos, realizó un concurso bastante regular siempre guiada por su técnico Pedro Maroto.
A esta plata se sumó la del trío formado por Ricardo Ten, Pablo Jaramillo y Alfonso Cabello que conquistó la tercera medalla para la selección española de ciclismo en los Juegos Paralímpicos de París 2024, al lograr la plata en la velocidad por equipos y mejorar así los bronces conseguidos en Río 2016 y Tokio 2020. El equipo español marcó el segundo mejor registro en la clasificatoria en el Velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines, con un tiempo de 47"738, por detrás de Gran Bretaña.
Y por último, el nadador Toni Ponce logró la plata de los 100 metros braza SB5, con lo que volverá a casa con el mismo metal que en Tokio 2020 y el tercero paralímpico de ese color en su palmarés.
En total, al cierre de esta edición de Así Somos, España sumaba 15 medallas -3 oros, 3 platas y 9 bronces- en las cuatro primeras jornada de los Juegos de París 2024, y se situaba en el 13º puesto del medallero paralímpico.