EDITORIAL
GUAU, GUAU
“Queremos que nuestra labor sirva para que nuestro perro adoptado ayude a una persona ciega en el futuro, o no tendría sentido”, dice Daphne. “Es que además de la ayuda que sabes que estás prestando para que una persona ciega tenga un perro guía, es que disfrutas y aprendes mucho”, remacha. Es el testimonio de una de las familias que acogen habitualmente cachorros de futuro perro guía que, con sus espontáneas palabras, resumen todo el sentido de la Escuela del Perro Guía de la ONCE, de la Fundación ONCE del Perro Guía, que nació, existe y concluye estos días una ampliación mirando al futuro, para un objetivo tan sencillamente explicado: ayudar a las personas ciegas en su día a día. Parece que fue ayer cuando arrancó la Escuela, pero más de 3.000 perros guía se han convertido en un símbolo en todos los rincones y pueblos de España al lado de las personas ciegas y en una garantía de seguridad y movilidad en todos los entornos en los que puedan y quieran desarrollar su vida cotidiana: la educación, el trabajo, el ocio, la cultura, la convivencia, los viajes.