Movimientos del cuerpo, principalmente de los brazos, de las manos y de la cabeza, utilizados para transmitir un mensaje. Son gestos espontáneos, naturales, que expresan globalmente una necesidad, un deseo, y que sólo son comprendidos por las personas más próximas al entorno de la persona con sordoceguera. Suele ser la primera forma de abordar la comunicación con un niño sordociego congénito.