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EDITORIAL

Despacito pero sin pausa

Pocos principios se acomodan mejor a las fórmulas de trabajo, negociación y avance de las instituciones europeas que el que da título a la que es no ya ‘canción del verano’, sino posiblemente de la década: el Despacito con que el, por ella, archiconocido Luis Fonsi ha conquistado los mercados musicales de tres cuartas partes del mundo. Con toda cautela, con un par de pasos adelante mitigados a menudo por otro marcha atrás, se mueve Bruselas históricamente... Por fortuna, su Parlamento -que comparte sede entre la capital belga y Estrasburgo- sacude cada tanto las férreas prevenciones de la Comisión y del Consejo. Como acaba de volver a hacerlo con la aprobación de un reglamento que permitirá multiplicar el catálogo de libros adaptados para las personas ciegas exentos del pago de derechos de autor, como reclama el Tratado de Marrakech.

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