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EDITORIAL

Compréndanos y..., sonría, por favor

Carecer -o tener muy afectado- el sentido del oído es una circunstancia limitadora que complica sin duda la existencia cotidiana de la persona. Como lo es la carencia (o grave afectación) de la visión. Por eso, cuando coinciden ambas condiciones, nos enfrentamos a un marco personal que hay que afrontar desde los más diversos ángulos: personal, familiar, social, formativo, rehabilitador, institucional... Unas 2.600 personas afiliadas a la ONCE están en esta circunstancia lo que llevó a la entidad -hace ya 11 años- a estructurar su atención en una Fundación específica, la FOAPS, que acaba de presentar ‘¡Ojo!... ¿oído?’, una divertida guía de comprensión y de acercamiento a este colectivo, elaborada en clave de (buen) humor por los populares Gallego&Rey.

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