La ONCE aplaude el auge de los audiolibros pero alerta de que no todo es 100% accesible
Los expertos de la Organización analizan la usabilidad para sus afiliados de las ofertas que plantean las distintas plataformas comerciales
Los audiolibros están de moda. Así lo muestran tanto la actividad del sector editorial como las orientaciones de consumo de los lectores, cuestiones que, obviamente, se retroalimentan aunque no siempre van de la mano. De entrada, se trata de una muy buena noticia, pues el formato audiolibro presupone un acceso universal , casi para todos los públicos, incluidos lectores con discapacidad visual. Y por tanto la ONCE valora positivamente que, también en España, los audiolibros estén consolidando su espacio. Carmen Bayarri, directora del Servicio Bibliográfico de la ONCE (SBO), asegura que “todos los recursos que nos permitan acercarnos la cultura y el conocimiento a través de la lectura son bienvenidos. Cuanto mayor sea la oferta, mejor para el usuario, y si es sonora, para nosotros -por principio- es más accesible... Pero no todo lo que se escucha es 100 % accesible", advierte (0,50 MB).
Desde los años 60 del pasado siglo la ONCE ofrece a sus afiliados un servicio de acceso a la cultura, en concreto a la literatura y a todo tipo de títulos, a través del denominado 'libro hablado', llegando a consolidar en la actualidad una biblioteca digital de casi 34.000 títulos en formato sonoro Daisy; sistema de grabación digital que ofrece un 100% de accesibilidad global a la persona ciega, similar a las condiciones de un lector vidente. Un acervo que hoy por hoy se ve engrosado por la cantidad significativa de títulos, tanto de editoriales como de plataformas ajenas al sector editorial pero muy interesadas en ofertar nuevos servicios y captar un mayor número de público y clientes.
Es el caso de Storytel, del gigante Amazon, además de muchas otras plataformas como Google o Apple, y de grandes grupos editoriales como Planeta, que ya producen sus propios títulos en este formato para ser distribuidos a través de las plataformas digitales, o que ceden sus títulos a la ONCE para que sean adaptados a las necesidades de sus lectores ciegos. No obstante, Bayarri apunta que el audolibro ha de ser valorado como un producto de lectura alternativo, pero nunca el único. Por eso, en una indirecta pero clara referencia al braillle,nos comenta (0,44 MB) que, ”igual que es inconcebible que una persona sin discapacidad visual renuncie a leer en ningún caso un texto escrito, no podemos condescender en que esto mismo ocurra con las personas ciegas... El sonido no es un código de lectoescritura”, recuerda.
Conviene no olvidarlo, entre otras cosas porque además las editoriales manejan un concepto de audiolibro diferente al que utilizan las personas ciegas. “Nuestros libros sonoros tienden a transmitir una lectura más bien plana y totalmente fiel al texto escrito por el autor. Sin embargo, en el mercado nos encontramos en muchas ocasiones con audiolibros que realmente son 'versiones', y a menudo muy interpretadas. En estos casos, debemos considerarlos un producto diferente”, manifiesta Bayarri.
Y es que el auge del audiolibro ha provocado que los escritores se planteen incluso trabajar algunas de sus obras adaptando su estilo a este nuevo vehículo literario. Sea como fuere, para Alex Gibelalde, country manager de Storytel, lo cierto es que el audiolibro se va haciendo un hueco muy importante en los hábitos diarios de cada uno, en los que "el tiempo para conectar con la lectura tradicional en papel es muy escaso", afirma (1,25 MB).
¿100% accesibles?
Ante esta nueva inercia que experimenta de forma fehaciente el mercado literario, tanto desde el SBO como desde el Centro de Tiflotecnología e Innovación (CTI) de la ONCE se está testando la accesibilidad de este tipo de herramientas. “Hay muchas plataformas que ofrecen audiolibros, pero con frecuencia no son accesibles. Cuando no fallan en la navegación por el libro lo hacen en la accesibilidad de la plataforma de la que descargarlos. En el mejor de los casos, tampoco alcanzan el nivel de accesibilidad de nuestro fondo ni de nuestra Biblioteca Digital ONCE (BDO)”, asegura Bayarri. “Para que un libro sea totalmente accesible en audio para una persona con discapacidad visual grave, debe poder manejarlo en las mismas condiciones que otra persona sin discapacidad lo haría con un libro en papel”, explica (1,34 MB).
Para ello, la navegación debería ser más detallada y precisa de lo que es actualmente, algo que sólo se consigue con determinados sistemas de lectura digitales, como es el caso del sistema Daisy: un formato de libro electrónico, más avanzado que el comercialmente utilizado para los audiolibros, que permite desplazarse por el contenido de muchas formas, por ejemplo por capítulos, subcapítulos, páginas, párrafos, frases... Y también poner marcas en una determinada posición, asociarle mensajes de voz a esas marcas, etc.
Se trata pues de un aspecto a tener muy en cuenta, reconoce Gibelalde, dado que en su cuota objetiva de posibles lectores las personas ciegas o con discapacidad visual están presentes como un importante sector de mercado. Se trata, dice, de un "público muy exigente"
(0,75 MB), que contribuye a mejorar cuestiones que desde el punto de vista de la accesibilidad ofrece a sus lectores, en general, y a las personas ciegas, en particular. No obstante, el responsable de Storytel considera que esta plataforma "ofrece ya hoy por hoy un buen nivel de accesibilidad, aunque seguro que podemos mejorar", manifiesta a nuestra revista.
(0,20 MB)
Alianzas editoriales
El pasado 8 de julio la ONCE firmó con el Grupo Editorial Planeta, el más importante de habla hispana -que engloba numerosas editoriales tales como la propia Planeta, Seix Barral, Espasa, Ediciones Destino, Deusto, Noguer, Austral, etc.-, un acuerdo pionero que incluye la cesión de textos digitales para su adaptación a braille o voz sintética, pero esta vez también se ha incorporado la adquisición de los másters de audio que el Grupo publica, para que la ONCE pueda adaptarlos al formato Daisy (optimizando por tanto su accesibilidad) y ponerlos a disposición de los afiliados, usuarios de la Biblioteca Digital ONCE (BDO).
Según Bayarri, este acuerdo podría ser la primera de una larga lista de colaboraciones futuras con las editoriales más importantes del mundo literario. “Con anterioridad se habían firmado ya otros convenios muy significativos, por supuesto, pero fundamentalmente para facilitar, por ejemplo, la adaptación de textos educativos, con la Asociación Nacional de Editores y Libreros de España (ANELE). Sin embargo, es la primera vez que lo hacemos para la adaptación de literatura en general, con una editorial tan importante e incluyendo sus audiolibros”, asegura (1,74 MB).
Desde la perspectiva de la empresa, Laura Guilera, gestora editorial digital del Grupo Planeta, explica que el acuerdo les facilita acceder a un público lector gran consumidor de títulos literarios, asegurándose que lo hacen de una forma 100% accesible. "Hasta ahora no sabemos realmente hasta donde llega el nivel de accesibilidad en plataformas comerciales convencionales", reconoce Laura (0,77 MB). Y en este sentido asume que el nivel de navegación en determinados tipos de textos, sobre todo los destinados a estudios, es aún muy limitado
(0,56 MB). Afortunadamente y por motivos obvios, durante gran parte del año la prioridad del Servicio Bibliográfico de la ONCE es precisamente la adaptación de textos con finalidad educativa, dedicándole gran parte de sus horas de producción, sobre todo cuando se realizan las renovaciones de contenidos. Aunque, reconocen desde el centro, el número de peticiones de adaptaciones de literatura es muy alto, el 75%.
Audiolibro, un formato 'de moda'
Los audiolibros se han convertido en un complemento cada vez más habitual a la lectura tradicional y en una muy aceptada forma de consumir cultura mientras se viaja en transporte público, se hace deporte o incluso se conduce el propio automóvil.
Los datos ofrecidos por la Federación de Gremios de editores de España (FGEE) y el Ministerio de Cultura y Deporte en su 'Barómetro de hábitos de lectura y compra de libros de 2018' muestran que el 32,8% de los españoles no lee “nunca o casi nunca”, debido, entre otras cosas, al acelerado ritmo de vida y a que la oferta de ocio alternativo que se lanza desde plataformas digitales es muy amplia.
De hecho, el motivo principal de los españoles para no leer más es la falta de tiempo (49,3%), según confiesan a este barómetro. Sin embargo, cada vez se consumen más contenidos de ocio y cultura en general a los que acceder desde los dispositivos móviles: smartphones, tablets, ordenadores, etc.
Una de las principales conclusiones del estudio es que los audiolibros estimulan el consumo de cultura, al permitir adaptar la escucha de las obras al actual estilo de vida y al intenso uso del smartphone, sin necesidad de interactuar con la pantalla, como ya ocurre con otros populares formatos de audio (música por streaming, podcasts...), de modo que el 46,62% de los audiolectores asegura consumir con ellos “muchos más libros que antes”.
Los usuarios de audiolibros escuchan hasta tres libros de media al mes; y los que sólo leen en este formato digital aseguran consumir 13,2 libros al año frente a los 11,2 libros de quienes sólo lo hacen en papel, según el 'Barómetro de Hábitos de Lectura 2018'. Se trata pues, coinciden Laura Guilera (1,30 MB) y Alex Gibelalde
(1,10 MB), de una tendencia de consumo en alza: cada vez más personas incorporan el audiolibro a sus rutinas diarias.
Mercedes Leal