#LaIlusiónPuede ConTodo
Así reza el eslogan de la campaña impulsada por el Grupo Social ONCE con motivo de la crisis generada por la pandemia del Covid 19. Y desde ese convencimiento, el de que compartimos una ilusión que derribará cualquier barrera que este malhadado virus ponga en nuestro horizonte, afrontamos las que probablemente sean (ya están siendo) las más complicadas semanas de la historia de nuestro país desde la Guerra Civil, en cuyas postrimerías, por cierto, tuvo lugar el nacimiento de nuestra entidad... La ONCE junto a su Fundación, a las empresas Ilunion, a las Federaciones deportivas de personas ciegas y a sus diferentes entidades ligadas a la crianza, entrenamiento y entrega de perros guía, a la atención de las personas sordociegas, a la solidaridad con los ciegos y discapacitados visuales de Iberoamérica...; en definitiva, todo su gran Grupo Social, se ha conjurado para superar el reto más complejo e inesperado que podíamos imaginar.
Inesperado por su literal virulencia, y complejo porque ha atacado, de entrada, a su propia línea de flotación al conllevar la suspensión inmediata de los sorteos de los productos de juego cuya comercialización constituye la base financiera de la enorme labor social de la ONCE; y por sus consecuencias -como con el resto del sector productivo- sobre muchas de las empresas de su grupo.
La situación ha derivado además una cascada de inevitables suspensiones y aplazamientos de las más diversas iniciativas y eventos (sociales, económicos, deportivos...) que atañían a la Organización y a sus afiliados y afiliadas. Pero, sobre todo, ha venido a ponerle un auténtico haz de palos en las ruedas al que se había convertido en uno de los leitmotiv clave para su presente etapa de acción social: la máxima cercanía a todos los integrantes de su colectivo, en especial a quienes afecta más crudamente el problema de la soledad como es el caso de las personas mayores.
En ese objetivo, las medidas de aislamiento y confinamiento impuestas por el Estado de Alarma se han convertido en un escollo de enormes proporciones. Pero tampoco esa barrera ha resistido el empuje del empeño compartido. Este mismo número de nuestro boletín es un auténtico escaparate del éxito de las iniciativas protagonizadas a modo de reacción ante tales limitaciones por el Grupo Social ONCE. Y acoge así un abanico de testimonios provenientes de la población afiliada, que reconoce su satisfacción por la atención y los servicios recibidos; de nuestros intérpretes y compositores, que han transformado una anulada Bienal musical en una cadena de actuaciones en redes sociales; de los deportistas paralímpicos, que afrontan con optimismo, entrenando en casa, el aplazamiento de los Juegos de Tokio hasta el próximo año. Como conocen el destacado papel de nuestras empresas más punteras para afrontar la crisis: la colaboración de nuestros hoteles con el acogimiento de pacientes y sanitarios, la contribución de las lavanderías industriales o de los trabajadores de nuestros call center para conectar a la población... Todos al pie del cañón.
Saben, en fin, que el Grupo Social ONCE permanecerá a su lado siempre, conscientes de que compone con cada uno de sus miembros un tándem que genera una ilusión que puede con todo.