La ONCE está decidida a proyectar y fortalecer la imagen corporativa de su principal fuerza de ventas, vendedores y vendedoras, apostando por llevar a la práctica un viejo proyecto que en la actualidad se presenta como conveniente y necesario, en una sociedad en la que estos aspectos “intangibles” adquieren cada vez más relevancia a la hora de trasladar al conjunto de la ciudadanía una serie de valores que connoten: singularidad, modernidad, solidaridad, eficacia y orgullo de pertenencia.

La ONCE ha sido siempre una Institución con un sello y prestigio histórico labrado día a día, a golpe de esfuerzo, sobreponiéndose y superando contextos económicos, sociales y culturales diversos, a lo largo de más de 75 años de trayectoria. Pero, si ha habido un elemento singular, sin parangón en otra parte del mundo que caracterizara a la ONCE, éste ha sido y es, sin lugar dudas, el conjunto de vendedores y vendedoras integrantes de su fuerza de ventas.

La familia de productos de lotería instantánea “El Sueldo de tu Vida” (Win For Life) ha conseguido posicionarse, desde sus inicios, como una gama altamente interesante para los clientes de este segmento, consiguiendo un importante grado de penetración en su mercado.

Aunque todos los análisis previos apuntaban hacia un horizonte positivo, existía un cierto grado de incertidumbre respecto a la aceptación que tuviera la familia de productos “Sueldo”. Era la primera vez que en el mercado español de lotería instantánea irrumpían tres productos que, si bien con un denominador común, presentaban un elemento innovador sin parangón en nuestro mercado: se trataba de ofrecer, bajo la modalidad de lotería instantánea, premios inmediatos combinados con premios de percepción diferida en el tiempo, lo que otorgaba a este lanzamiento una clara característica de singularidad.

Con el objeto de ser cada día más eficientes y tener conocimiento de la evolución y buen rendimiento de todos los procesos de la Organización, se han establecido en todas las áreas unos controles mensuales y trimestrales sobre los indicadores para medir la calidad de cada uno de ellos.

Los responsables de cada área reportan todos los “incidentes” que hayan afectado al correcto funcionamiento, calidad o disponibilidad de los procesos que gestionan. Estos índices se evalúan mensualmente para controlar su progresión, registrando los valores resultantes para su análisis con el objeto de adoptar las medidas correctoras, si se estiman necesarias, en garantía de recuperar lo antes posible los niveles de servicio deseados.

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