El apoyo en las áreas de especial dificultad, como los idiomas, uno de los principales ámbitos de intervención educativa de la ONCE
Para el presente curso 2024/25, 7.153 estudiantes ciegos o con discapacidad visual de toda España regresan estos días a las aulas
Como es habitual, el mes de septiembre arranca con la vuelta al cole para el alumnado de las diferentes etapas educativas, entre el que se encuentran los 7.153 estudiantes ciegos o con discapacidad visual de toda España que afrontan también en estos días el comienzo del curso escolar. Prácticamente la totalidad de ellos lo hacen matriculados en centros de enseñanza ordinarios, en el modelo de educación inclusiva que desarrolla la ONCE, con el apoyo de los equipos de atención educativa de la Organización, tal y como explica Ana Llauradó, responsable de esta área
(0,83 MB).
Uno de los principales ámbitos de intervención de la ONCE en materia de educación es el "apoyo en las áreas curriculares de especial dificultad", añade (0,26 MB). Se trata de materias que, por la dificultad que implica el acceso a sus contenidos o a sus recursos didácticos, deben ser abordadas de manera específica, proporcionando al profesorado de los centros educativos y al alumnado con discapacidad visual estrategias concretas y recursos especializados para garantizar la adquisición de los conocimientos en igualdad de condiciones.
Por ejemplo, Candela Armendáriz, estudiante gallega de 18 años, con discapacidad visual, que comienza este curso los estudios de Fisioterapia en la Escuela Universitaria de la ONCE en Madrid, cuenta que para ella las mayores dificultades en sus clases las encontraba con las asignaturas de ciencias y, sobre todo, "con las explicaciones en la pizarra" (0,54 MB).
Además de las ciencias, destaca entre estas materias de especial dificultad el aprendizaje de idiomas debido a su carácter eminentemente visual (apoyo en ilustraciones, etc.), que conlleva la puesta en marcha de otros mecanismos de apoyo como verbalizar todo lo que llega por vía visual o “generar materiales adaptados para que el alumnado pueda seguir las clases con normalidad”, asegura Raquel Muñoz (0,78 MB), coordinadora del área de idiomas del Centro de Recursos Educativos (CRE) de la ONCE en Madrid.
Además, la diferencia entre la pronunciación oral y la presentación gráfica de las palabras, “así como la signografía braille específica” en algunas de las lenguas son otras de las características que deben ser abordadas, añade Llauradó (0,34 MB).
"A mí el inglés siempre me ha costado bastante, aunque estuve en Irlanda cuatro meses -reconoce Candela (0,39 MB)-. Al final lo conseguí sacar con clases particulares, porque en el aula, al ser bastantes, era más difícil poder seguir y preguntar las dudas".
Red de especialistas
Según explica la coordinadora de idiomas, la ONCE cuenta con especialistas dentro de esta área para inglés, francés y lenguas clásicas, que son maestros con una dilatada trayectoria pedagógica en estas materias y cuyas funciones son las de dar formación y asesorar a otros profesionales tanto de la ONCE como de la comunidad educativa en las necesidades específicas del alumnado, dar apoyo específico a este alumnado y colaborar con entidades externas a la ONCE para que "conozcan e implementen programas de idiomas basados en la accesibilidad universal" (0,41 MB).
Sin duda, la acción más intensiva que lleva a cabo la ONCE en esta área son los programas de inmersión lingüística y perfeccionamiento de idiomas (inglés y francés) que se desarrollan en verano, tanto en España como en el extranjero, destinados a alumnado con edades comprendidas entre 8 y 22 años, cuyo objetivo es que “nuestros estudiantes tengan la oportunidad de integrarse en grupos ordinarios dentro de estos programas y practicar los idiomas”, afirma Raquel (0,62 MB). Por ejemplo, este verano de 2024 han participado un total de 125 alumnos, de los cuales 120 eran españoles y cinco procedían de otros países de la Unión Europea.
Por otro lado, con respecto a la colaboración con entidades externas, la ONCE y el British Council han firmado en los últimos años un convenio destinado a mejorar el acceso al aprendizaje de idiomas por parte de las personas con ceguera y deficiencia visual grave que quieran estudiar en esta entidad.
A raíz de ello, se ha llevado a cabo una experiencia piloto durante los últimos dos cursos impartiendo clases a grupos reducidos de alumnado con discapacidad visual para determinar cuál es la metodología más adecuada y los recursos más efectivos para la intervención, con el objetivo de que pudieran incorporarse a partir del curso 2023-2024 a grupos ordinarios de manera inclusiva con las máximas garantías. Además, se ha asesorado al British Council en la adaptación de sus materiales y se está supervisando la misma y, a partir de todo esto, se ha propuesto un curso de formación para su profesorado que se llevará a cabo el último trimestre de 2024 en el que se abordarán las necesidades específicas del alumnado con discapacidad visual y se proporcionarán estrategias, herramientas y recursos para la intervención, incidiendo en la importancia de las herramientas tecnológicas.
Según Ana Llauradó, “el aprendizaje de una segunda o tercera lengua es imprescindible dado el impacto que supone en el desarrollo educativo y profesional, y por tanto desde el Departamento de Atención Educativa de la ONCE debemos poner en marcha todos los recursos a nuestro alcance para proporcionar al alumnado con ceguera o deficiencia visual grave las estrategias de intervención que les permitan la formación más completa posible en esta área”.
Apoyo durante toda la etapa educativa
Los equipos específicos de atención educativa cuentan con maestros y maestras, tanto de la ONCE como de la Administración, especializados en discapacidad visual, que acuden a los centros educativos en los que se escolariza un alumno o alumna ciego o con discapacidad visual para prestar su apoyo. Asimismo, forman a la comunidad educativa en esta materia, asesoran al profesorado e intervienen directamente con los estudiantes en aspectos vinculados a su discapacidad. En definitiva, son los encargados de “propiciar y lograr la inclusión educativa de todo el alumnado con discapacidad visual”, indica la responsable de Atención Educativa (0,53 MB). En la actualidad hay más de 400 de estos profesionales repartidos en todas las comunidades autónomas.
En el caso de Candela, según nos cuenta, "siempre he tenido profesores de apoyo de la ONCE (0,53 MB) y, en algunas ocasiones, gracias a ellos, se han podido resolver algunas pequeñas complicaciones con otros profesores del centro o con las clases".
Además de por los docentes, los equipos específicos de atención educativa de la ONCE están formados por psicólogos, trabajadores sociales, técnicos de rehabilitación, instructores de tiflotecnología y braille, profesionales de la animación sociocultural o mediadores para el alumnado con sordoceguera, profesionales que contribuyen al desarrollo integral y la plena inclusión del alumnado desde un planteamiento multidisciplinar. Estos equipos trabajan tanto con los estudiantes como con sus familias, “un pilar clave en la educación” (0,78 MB), como asegura Llauradó.
El paso a la universidad y a otra ciudad
Al igual que el resto de los más de 7.000 chavales que vuelven a las aulas en estos días, Candela Armendáriz comienza en este curso los estudios de Fisioterapia, algo con lo que ella convive "desde pequeña", cuenta (0,14 MB).
Iniciará sus estudios en la Escuela Universitaria de Fisioterapia de la ONCE (que este año, por cierto, conmemora su 60 aniversario) en los próximos días, al haber obtenido la calificación necesaria para su acceso en las pruebas de la ABAU (como se denominan en Galicia), a las que llegó, como todos los estudiantes de Bachillerato, "con un poco de nervios al principio
(0,87 MB), aunque se lo había estado preparando bien en el colegio".
Candela tiene algo de resto visual, solo en un ojo, pero lo suficiente para que a la hora de estudiar le baste con la ampliación de caracteres e imágenes. Hasta ahora, excepto en la época de Primaria, Candela asegura que "siempre me he sentido entre iguales" (0,32 MB).
La estudiante gallega, natural de A Coruña, tendrá que desplazarse a Madrid para sus próximos estudios de Fisioterapia y, a pesar de vivir en una ciudad y tener la experiencia de haber vivido también en Irlanda, reconoce que "de Madrid me impone que sea tan grande y tenga tantas cosas" (0,31 MB).
Aún así, Candela está deseando comenzar estos estudios que siempre ha querido realizar, con el aliciente de que "ya conozco a casi todos mis compañeros", y, aunque por el momento solo es a través de un grupo de WhatsApp, dice de ellos que "son todos súper majos".
Alumnado por tramos educativos
Durante este curso 2024/2025, los 7.153 alumnos y alumnas ciegos y con discapacidad visual, entre los que se incluye el alumnado con sordoceguera u otras discapacidades asociadas a la visual, se reparten, por nivel educativo, de la siguiente manera: 1.166 escolares en Educación Infantil; 1.487 en Educación Primaria; 1.125 en la Educación Secundaria Obligatoria; 261 en Bachillerato; 457 en los distintos grados de Formación Profesional; 715 en la Universidad; y 1.942 en otro tipo de enseñanzas.
Por comunidades autónomas, el censo se distribuye así: Andalucía, junto con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, 1.733 estudiantes; Aragón, 199; Principado de Asturias, 137; Islas Baleares, 143; Canarias, 251; Cantabria, 66; Castilla-La Mancha, 299; Castilla y León, 353; Cataluña, 1.162; Extremadura, 150; Galicia, 321; La Rioja, 35; Comunidad de Madrid, 1.057; Región de Murcia, 310; Comunidad Foral de Navarra, 93; País Vasco, 137; y Comunidad Valenciana, 707.
Yolanda S. Baglietto